Para llegar a la nebulosa de los retos hace falta tomar decisiones. No vale con marcar un rumbo en el gráfico espacial de la computadora de abordo, no. Para ello, necesitamos meditar profundamente. Evaluar nuestras acciones, analizar nuestros errores y nuestros éxitos. Pero intentar no programar nada, solo dejarme llevar con ilusión.
Hasta el 30 de julio del 2004, siempre he estado parado, estático, quieto, detenido
por más que he viajado por el espacio, en ciertas facetas, siempre he tenido miedo al un determinado movimiento.
Pero el atisbar esta nebulosa tan especial, me da ánimos. Sólo es cuestión de un mes, solo debo ser paciente.
Es tiempo de moverme, comenzar a andar. Sí, tal vez ya haya comenzado y no me he dado cuenta del todo. Tal vez, este moviendo fichas, luchando por una ilusión.
Ahora que lo pienso más detenidamente, siempre he luchado
pero no sabía contra quien lo hacía, no me di cuenta que me peleaba contra mi mismo.
Pero ese tiempo ya pasó, evolucioné, he aprendido pero soy consciente ahora más que nunca de mi carácter humano, se me está permitido equivocarme, no pasa nada. Prefiero la acción que la pasividad por miedo a errar.
Es tiempo de moverme y acercarme aun más a la Nebulosa de los Retos.
fin de la transmisión diaria.
Me acerco poco a poco a la Nebulosa de los Retos. La puedo ver ya desde la gran escotilla de cristal que hay en el puente de mando. Hace parecer a la Nave de los sueños un cíclope. La contemplo con ganas, esta muy cerca ya. Pero aun así, no debo descuidar mis tareas diarias, pues cualquier error, puede lanzarme contra una estrella o un agujero negro.
Todo esta tranquilo, los vientos estelares me impulsan por el espacio siguiendo la ruta deseada. Planeo, retozo serpenteo por el universo. Y de este lapsus que se me ha concedido hago repaso de las tres últimas semanas. Recuerdo intensamente instantes vividos, los repaso y los sueño como si los reviviese otra vez. Tal vez porque fui fuertemente domesticado
No sois en absoluto parecidas a mi rosa; no sois nada aún -les dijo-. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo.Y las rosas se sintieron bastante molestas.
- Sois bellas, pero estáis vacías -les dijo aún-. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa a quien he regado. Puesto que es ella la rosa a quien puse bajo una campana de cristal. Puesto que es ella la rosa a quien abrigué con un biombo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvó dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa a la que escuché quejarse, o alabarse, o también, algunas veces callarse. Puesto que es mi rosa.
Y se volvió adonde estaba el zorro:
- Adiós -dijo.
- Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
- Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el Principito, a fin de acordarse.
- El tiempo que perdiste por tu rosa es lo que hace a tu rosa tan importante -dijo el zorro.
- El tiempo que perdí por mi rosa... -dijo el Principito, a fin de acordarse.
- Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable de para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...
- Soy responsable de mi rosa... -repitió el Principito, a fin de acordarse.
El principito.
fin de la transmisión diaria.
Ya vuelvo a viajar con mi Nave de los Sueños, tal vez la rebautice como La Nave de los Seños Perdidos o La Nave de los Sueños Anhelados. No lo sé.
El caso es que no he querido ver mi futuro y no creáis, mi parte humana, mi parte mortal, mi yo embutido en este cascarón de piel
quería. Es normal. Pero mi yo más intrínseco, la chispa de la vida que hace moverme cada día y me mantiene en pie, La parte de mi ser que puede observar los colores y los aromas, los sonidos, la esencia
me decía que no. Y, después de una terrible lucha interna, ganó esta última.
No creáis, no significa que todo acabó en el interior del asteroide. No, por la noche, como suele sucederme desde hace meses se cierne sobre mi una gran desolación, que solo puede atenuarla los constantes bombardeos de mensajes sms que envío a mi tripulación y la idea de que en breve, volveré a Murcia-murcindäe.
Quiero romper la barrera del sonido, dejar atrás a los escabullizos fotones, correr con mi nave dejando una estela que rasgue las telas del universo. Y todo por acercarme a ese magnífico planeta, porque allí reside mi esperanza. El fin de mis lamentos, un nuevo principio, otra oportunidad para iniciar una nueva aventura.
fin de la transmisión diaria.
Ummm una duchica relajante y me quitan de encima el peso de 26 años.
...fin de la transmisión diaria.
-¿En qué forma hallaré las respuestas?
-Eso dependerá de las preguntas que formules.-Dijo la voz como un susurro aspirado.-Esta sala esta destinada a guardar los relojes de arena. Sí los relojes que cuentan las historias de todos lo individuos del Universo.
-¿Quiere decir usted que en algún lugar de esta sala hay un reloj de arena que puede contar mi historia pasada y futura?- Preguntó Rásselas con excitación.
-Sí, Esos relojes están rellenos de arena, de polvo de estrellas, de los primeros soles que nacieron en el cosmos, de la misma chispa de la vida. Son como dos gotas de cristal enfrentadas por los rabos. La parte inferior contiene los sucesos del pasado, el fino tubito del centro por donde pasan los granitos de arena es el volátil presente y la superior los sucesos del futuro. Pero no solo eso; también cuenta con nuestros anhelos y nuestros sueños
allí podrás ver qué sueños se cumplirán en tu mañana, tanto inmediato como distante.
-¡¿Y cómo puedo encontrar mi reloj de arena entre tantos millones?!-le faltaba tiempo para dejar las palabras volar desde su boca.
-Solo tú sabrás como, solo tú sabrás cómo llamarlo.
-Muy bien- dijo decididamente y con firmeza.
Dio varios barridos alrededor con la potente luz de su proyector. Los innumerables relojes centellearon al paso del haz de luz despidiendo delicadas notas musicales. Como el fino sonido al pasar un dedo humedecido por el filo de una copa.
Rásselas pensó detenidamente, observó lo cada detalle de la sala
y por fin habló.
-¡Oh! Mi reloj de arena, contenedor de mi historia, cofre de deseos que vuelves los sueños tangibles. Muéstrate para desvelas mis dudas, para eliminar lo que me atenaza.
Imploro ayuda, invoco a los sentimientos forjadores de planetas. A los destellos en las hondas, al tintineos del agua, al canto de los delfines y las ballenas. Invoco el calor de los corazones de mi tripulación, a las canciones de antaño a los cines de verano
Invoco, imploro
. Perdón.
De a absoluta oscuridad de la sala una columna de luz surgió distante en la nada. Un pequeño objeto se alzó del suelo y voló hacia el centro de la sala.
-¡Por fin!¡Mi reloj!-Dijo nuestro amigo con entusiasmo cuando lo tuvo en sus manos.
Estuvo un largo rato mirándolo, parándose en cada detalle, en cada forma. El tiempo pasaba y el seguía allí, parado solo miraba.
-No quiero mirar a mi futuro, no voy a formular ningún deseo. O mejor, mi deseo es que la vida me sorprenda, que cada día sea una aventura. Que los temores que me atenazan se conviertan en retos personales, en una cruzada. Que el amor se me aparezca como un chispazo en la noche, como un huracán caribeño.
No quiero saber mi futuro, quiero disfrutar mi presente para formar un precioso pasado.
fin de la transmisión diaria.
Engullido por las entrañas del planetoide, a Rásselas le daba la sensación de pasear por las estrechas grietas de una gigantesca roca de antracita. La superficie de sinuoso pasillo era irregular, repleta de brechas, esquinas y afilados cantos que ponían en peligro la integridad del traje de nuestro amigo.
Con forme iba avanzando más adentro, estas propiedades iban cambiando tornándose cada vez más verticales las pareces. El suelo quedaba tan distante, que le era imposible verlo ni tan siquiera enfocando con la linterna de luz diaria.
Por fin llegó a una gran sala, y cual fue su sorpresa cuando pudo experimentar la gravedad. Sí, los pies se le pegaron al suelo. Era muy extraño, el objeto estelar no contaba con la suficiente masa como para generas una deformación espacio temporal suficientemente grade. El caso es que desconecto el propulsor de la mochila y caminó por la sala.
El suelo era marrón y había unas baldosas amarillas que delimitaban una raya blanca hacia el oscuro infinito, un camino hacía lo desconocido.
Continuó la marcha por el y no tardó mucho en observar como a ambos lados del perfectamente trazado sendero, comenzaban a acumularse unos frascos de cristal ordenados en filas y columnas interminables. Esos frascos, tenían la forma de dos botellas enfrentadas por sus cuellos. De cristal transparente como el aire de la mañana.
En su interior se movía algo, pero no pudo diferenciar de qué se trataba.
Por fin llegó a lo que parecía ser el centro de asteroide, donde el camino se cruzaba perpendicularmente con otro formando una gran cruz. Dio varios giros alrededor enfocando con la linterna, pero no vio mas que un campo sembrado de de esos objetos.
Fue cuando se le apareció una luz voladora, un áurea clara. Al acercarse a el
el extraño ser con forma de ojo de iris azul le habló.
-Hace mas de 7.000 años que no viene nadie por aquí, ¿Qué es lo que vienes a buscar?
-Respuestas- dijo Rásselas con decisión.
-Muy bien, aquí las hallarás.
fin de la transmisión diaria.
Rásselas dormía cuando el panel de plasma central de la nave se activó por si solo. El cursor cuadrado parpadeaba sobre el fondo negro. Al poco comenzó a moverse por la pantalla dejando a su paso una estela de letras, las cuales cobraron sentido: Aproximación al cuadrante #5, 345 segundos para trazar orbita sobre el objeto
Con esto, todos los monitores del puente de mando cobraron vida iluminado la sala, miles de programas comenzaron a ejecutarse al unísono calculando tablas y algoritmos para no chocar con el gran asteroide al que se aproximaban.
El despertador de Rásselas sonó estrepitosamente despertándolo del susto; Vaya, un día más se dijo. En esos precisos momentos hubiera dado cualquier cosa por permanecer en la cama. Pero la tarea que debía desempeñar durante el día no tenía espera.
Con un gran tazón de Colacao en la mano y con la otra en un teclado, fue moviendo la nave en modo manual hasta situarla en la proximidad del asteroide. Lo suficientemente cerca para descender a su superficie con una escafandra, pero lo suficientemente lejos como para no correr peligro la Nave de los Sueños.
Y es que los asteroide son muy traicioneros, no cuentan con un movimiento de rotación simple. Son caóticos e impredecibles dado su origen. Muchos son los restos de un gran objeto destruido por el impacto de otro asteroide o un cometa. También pueden ser pedazos de un planeta fallido a cauda de las mareas gravitatorias de otro mayor cercano.
Este es extraño. Se encuentra en medio de ninguna parte
dentro de una nebulosa con el mismo nombre
el Reloj de Arena. No hay estrellas cercanas, no hay sistemas próximos. Solo ese polvo verde fluorescente y la roca en su centro.
Nuestro amigo se colocó el traje para la exploración espacial y salió al exterior.
La superficie de aquel oscuro planetoide parecía un queso, agujereado con miles de huecos y oquedades profundas hasta su médula.
Daba miedo asomarse a aquellas ventanas de negrura, a aquellos abismos infernales.
No se podía explicar cómo un objeto de apenas un par de kilómetros de diámetro podía parecer tan sumamente hueco que podría albergar a todo el universo en su interior.
No lo dudo, sacó fuerzas de flaqueza y accionó el pequeño propulsor de su mochila. Con un ligero vaivén, su cuerpo se introdujo en la negrura azabache de lo desconocido.
fin de la transmisión diaria.
Esta lejos, muy lejos la nebulosa de los retos. La nave de los sueños surca los cielos en un fugaz destello de luz. Los motores rugen como diablos enfurecidos; la computadora, loca, realiza millones de cálculos para no errar la trayectoria trazada, mientras Rásselas trabaja realizando más planos y esquemas.
Está concentrado, con la mente dispersa en una nube de bits, colores y líneas
pero no se da cuenta a lo que se aproxima.
Las luces se apagan y se activa la iluminación de emergencia, los pasillos y las puestas exhalan vapor de CO2 y las sirenas retumban en todas las cavidades de la nave.
Un perro espacial se había puesto en su camino y Rásselas tenia que ser certero en su decisión. Pasó inmediatamente al sistema manual de pilotaje, agarró fuertemente el timón y apretó los dientes.
La estructura de la barcaza estelar se estremeció por las miles de toneladas que debía desviar. Crujían paredes y suelos, herramientas y enseres de viaje se caían de las mesas y los armarios.
Pero por suerte, pudo salvar el obstáculo quedando atrás el infeliz animalillo.
El susto le sacó de su trabajo introduciéndolo en unos pensamientos abandonados en su mente antaño
-Sí,- se dijo levantándose y acercándose apresuradamente al un panel táctil.- Antes pasaré por el reloj de la incertidumbre, allí encontraré respuestas y hallaré información sobre la Nebulosa de los Retos.
fin de la transmisión diaria.
He dado orden a la gran unidad central de la Nave de los sueños que ponga rumbo a la Nebulosa de los Retos. Después de mucho pensar, así lo he decidido. Utilizaré todas los rumbos posibles de mi rosa de los vientos, usaré todas las llaves que disponga para abrir todas las puestas que me encuentre en mi camino.
El lugar se halla lejos, pero seré paciente.
Ayer, trabajando con la computadora de abordo llegué a fusionarme con ella. Necesitaba hacer muchos planos y esquemas. Como el factor tiempo iba en mi contra fui lo más rápido que pude. Solo pensaba en los planos, en nada más. En ese instante, para mi el mundo no era mas que trazos, líneas y colores en un sistema de dos dimensiones.
Fue como si mi cabeza se hubiese interconectado con la maquina, como si miles de cables nos enlazaran. Puedo decir que cuando fui consciente de mi inconsciencia, me dio miedo. Alcancé un alto grado de concentración, y en ese intervalo, halle un poco de alivio de mi mismo.
Por que en este largo viaje por el cosmos, las fuerzas flaquean, sobre todo de noche. Los sucesivos sueños que me atenazan merman aun más mis ilusiones. Me resisto a convertirme en una ánima viviente, me niego a que me suceda lo mismo que a Elsa, el personaje de El silencio de las sirenas. Los sueños, solo son eso, sueños, y nada más.
A veces son como un castigo, otros son una recompensa.
Esta noche he tenido un sueño fantástico, emocionante y un poco surrealista
me lo guardo para contárselo a mi tripulación.
fin de la transmisión diaria.
He comenzado a releer una novela, a esa historia la guardo en mi recuerdo con gran estima. La leí en mi adolescencia y, tal vez, marcó mi vida. Sí, las historias pueden hacer eso lo importante de la prosa, de la poesía, de la música y de la pintura, no es lo que nos enseñan sino lo que nos hacen experimentar.
Con esta novela experimente un montón de sensaciones y emociones, por eso os la recomiendo.
Hoy he querido indagar un poco en El silencio de las Sirenas título de la historia. Indagar, porque descubriendo cosas de ella, descubriré mi propio yo.
Y es que cada día me parezco más a un ser quijotesco
a un Ulises perdido
Yo al siguiente texto de Kafka le encuentro mucho sentido, habla de mi.
El silencio de las sirenas
Existen métodos insuficientes, casi pueriles, que también pueden servir para la salvación. He aquí la prueba:
Para guardarse del canto de las sirenas, Ulises tapó sus oídos con cera y se hizo encadenar al mástil de la nave. Aunque todo el mundo sabía que este recurso era ineficaz, muchos navegantes podían haber hecho lo mismo, excepto aquellos que eran atraídos por las sirenas ya desde lejos. El canto de las sirenas lo traspasaba todo, la pasión de los seducidos habría hecho saltar prisiones mas fuertes que mástiles y cadenas. Ulises no pensó en eso, si bién quizá alguna vez, algo había llegado a sus oídos. Se confió por completo en aquel puñado de cera y en el manojo de cadenas. Contento con sus pequeñas estratagemas, navegó en pos de las sirenas con inocente alegría.
Sin embargo, las sirenas poseen un arma mucho más terrible que el canto: su silencio. No sucedió en realidad, pero es probable que alguien se hubiera salvado alguna vez de sus cantos, aunque nunca de su silencio. Ningún sentimiento terreno puede equipararse a la vanidad de haberlas vencido mediante las propias fuerzas.
En efecto, las terribles seductoras no cantaron cuando pasó Ulises; tal vez porque creyeron que a aquel enemigo sólo podía herirlo el silencio, tal vez porque el espectáculo de felicidad en el rostro de Ulises, quien sólo pensaba en ceras y cadenas les hizo olvidar toda canción.
Ulises, (para expresarlo de alguna manera) no oyó el silencio. Estaba convencido de que ellas cantaban y que sólo él se hallaba a salvo. Fugazmente, vió primero las curvas de sus cuellos, la respiración profunda, los ojos llenos de lágrimas, los labios entreabiertos. Creía que todo era parte de la melodía que fluía sorda en torno de él. El espectáculo comenzó a desvanecerse pronto; las sirenas se esfumaron de su horizonte personal, y precisamente cuando se hallaba más próximo, ya no supo mas acerca de ellas.
Y ellas, más hermosas que nunca, se estiraban, se contoneaban. Desplegaban sus húmedas cabelleras al viento, abrían sus garras acariciando la roca. Ya no pretendían seducir, tan sólo querían atrapar por un momento más el fulgor de los grandes ojos de Ulises.
Si las sirenas hubieran tenido conciencia, habrían desaparecido aquel día. Pero ellas permanecieron y Ulises escapó.
La tradición añade un comentario a la historia. Se dice que Ulises era tan astuto, tan ladino, que incluso los dioses del destino eran incapaces de penetrar en su fuero interno. Por más que esto sea inconcebible para la mente humana, tal vez Ulises supo del silencio de las sirenas y tan sólo representó tamaña farsa para ellas y para los dioses, en cierta manera a modo de escudo.
Franz Kafka: Obras Completas, © 1983 Editorial Teorema, Barcelona, España
fin de la transmisión diaria.
Es de noche ya en V4L3NC14. El día ha vuelto a pasar fugazmente, más ahora que las labores de construcción de la gran central orbital se han acelerado.
Acaban lanzar unos cohetes en la calle, por lo visto es festivo. Festivo para muchos, para otros no es más que otro día.
O tal vez no sea un día tan normal, tal vez no sea un simple número marcado en el calendario.
Esta tarde, cuando viajaba con ni nave orbitando el planeta en busca de un lugar adecuado para el aterrizaje, he insertado la secuencia para activar el algoritmo necesario que activaba el piloto automático.
Esto me ha permitido relajarme un poco y pensar
Me he dado cuenta de la cantidad de llaves que llevo en el bolsillo y no he podido evitar realizar una retrospectiva de hace un año.
Hace un año contaba con dos llaves: la de la puerta de la calle y la de mi casa, nada más.
Ahora
esas mismas dos, más las de V4L3NC14, dos más para la estación orbital de C-H3st3, dos de la estación central, la de la nave por supuesto
y muchas más. Cuantas llaves, cuantas puestas para abrir y para cerrar. Por que el sentido de estas herramientas no es otro que abrir puertas, pero también cerrarlas.
Me acuerdo cuando hable de la rosa de los vientos, y no me equivocaba en nada
las posibilidades me han aumentado notablemente, pero a cuenta de otras tantas. Sopesarlas es un tema arduo y en determinadas circunstancias no muy recomendado.
En estos días, pondré en marcha un plan para conseguir otra llave, no es un objeto metálico al que estamos acostumbrados no. Esta es una llave en el sentido conceptual, la que me abrirá la puerta a un deseo a un sueño.
fin de la transmisión diaria.
Este verano ha acabado de una manera similar que la del año pasado.
En la playa del Hornillo y al anochecer. Hemos estado en la orilla de la mar, resistiéndonos a que terminase, estirando los minutos, dilatando el momento. Pero, como todo, llegó a su fin.
La tripulación se disuelve, volveremos a coincidir todos juntos, por supuesto
pero no de una manera tan continuada, al menos hasta navidad.
Si los domingos por la tarde me ataca la melancolía, esta tarde ha sido peor aun. Me lo he pasado tan bien en las cenas, he disfrutado con cada conversación, he aprendido tanto de cada uno de los miembros de la tripulación de la Nave de los Sueños Que este invierno, cuando esté solo en mi habitación, lejos de todos recordaré con alegría lo bien que lo pasé, lo bien que lo voy a pasar cuando volvamos, lo fantástico que es tener amigos así, que me acompañan desinteresadamente en mi ruta por el cosmos en busca de una ilusión.
¡Suerte en todas vuestras aventuras! Ya veréis como pronto comenzarán otras experiencias por vivir juntos.
fin de la transmisión diaria.
No sé lo que pudo pasar ayer en mi planeta refugio; sí ese que cuenta con un puerto que me protege y un faro que me guía. Y es más refugio que nunca, porque después de esta semana, he ido a descansar allí, y he hallado el descaso y la renovación.
Por la noche, después de una reunión, decidí activar el telescopio de popa para realizar varios barridos por la bóveda celeste. Hacía un mes y once días que una estrella desapareció de mi firmamento, tenía miedo de no volver a encontrarla.
El telescopio Newtoniano realizó varios giros antes de estabilizarse, y por fin, después de unos sonidos electrónicos y unas lucecillas de colores
la pantalla de la computadora se fundió en negro. El cursor comenzó a escribir: Search Star.
Pulsé INTRO y el solo comenzó la búsqueda. Yo no podía elegir, solo debía esperar con la esperanza de que ella apareciera en mi pantalla.
Por fin un lejano destello en la oscura inmensidad espacial refulgió tímidamente. En el monitor, una estrellita de graciosas tonalidades brillaba. Esa visión alivió mis temores ella estaba allí, estará allí siempre. Y, aunque no pueda llevar mi nave hacia ella. Se que siempre estará allí y de vez en cuando coincidiremos nos veremos por medio de la óptica de telescopio. Tan lejos a tu lado.
No eres estrella fija, eres fugaz cometa que vuela por el cielo. Vuela, viaja por el espacio en serpentea trayectoria.
Estaré siempre en mi nave de los sueños buscando en otras galaxias, buscando una ilusión.
fin de la transmisión diaria.
Por fin se solucionó todo y pudimos salir del planeta laberíntico, burocrático
Yo estaba exhausto, cansado, molido por tanta actividad
por notar como esa carrera contra reloj se agotaba y debía conseguir un éxito en mi misión.
Pero por la noche, cuando estaba acostado en la cama
la noche amarilla me iluminaba. Color marchito desprendían las farolas de afuera
y una vez consciente de que todo se había acabado, me relajé.
Pero no pude evitar pensar
lo de Soledad qué superpoblada estas a veces los sueños podían hacer daño, y esa noche tenía miedo a soñar.
Por eso envíe varios sms esperando ayuda. Esta no tardó. Las contestaciones sirvieron de bálsamo y atenuaron mi sentimiento.
Pero aun así
de la soledad del exterior, sonaba alejada una melodía
Still Loving You - The Scorpions
Time, it needs time
To win back your love again
I will be there, I will be there
Love, only love
Can bring back your love someday
I will be there, I will be there
I'll fight, babe, I'll fight
To win back your love again
I will be there, I will be there
Love, only love
Can break down the walls someday
I will be there, I will be there
If we'd go again
All the way from the start
I would try to change
The things that killed our love
Your pride has built a wall so strong
That I can't get through
Is there really no chance
To start once again
I'm loving you
Try, baby, try
To trust in my love again
I will be there, I will be there
Love, our love
Just shouldn't be thrown away
I will be there, I will be there
If we'd go again
All the way from the start
I would try to change
The things that killed our love
Your pride has built a wall so strong
That I can't get through
Is there really no chance
To start once again
If we'd go again
All the way from the start
I would try to change
The things that killed our love
Yes, I've hurt your pride and I know
What you've been through
You should give me a chance
This can't be the end
I'm still loving you
I'm still loving, I need your love
I'm still loving you
No lo puedo evitar... debo viajar mucho más lejos para comprobar que el universo gira alrededor de muchos posibles eje
que el centro del universo se puede hallar en cualquier parte.
Y espero que en Murcia-murcindäe lo encuentre.
fin de la transmisión diaria.
TRANSMISION DEL DÍA 8 DE SEPTIEMBRE A LAS 23:05.
Esta mañana después de divagar por los pasillos del gran edificio de cristal. Por fin llegue a una enorme sala cuadrangular la cual estaba bordeada por centenares de mesas. En ellas androides atendían a otros androides, iban y venían un eterno deambular sin sentido para mi. Tuve que acercarme a la computadora para que me asignase turno. Contaba con el 166, faltaban 52 para que me llamasen.
Espere, esperé y esperé hasta la desesperación
entonces, recibí una llamada de por el intercomunicador GSM. Gaia venia en mi ayuda. ¿Le dará tiempo? pensé.
Los nueceros pasaban por el panel de diodos leds.
Estoy afuera, llegaré en poco tiempo Me volvió a llamar cuando faltaba un solo turno
El robot que me atendió apenas hablaba
solo contaba con un brazo el cual portaba un matasellos. Me indicó piso 1.236 zona A, con una híbrida voz carente de humanidad.
Gaia y yo subimos velozmente
Allí, en el pequeño receptáculo rodeado de documentos, memorias, certificados y carpetas de todos los colores del arco iris
encontramos la solución del problema.
Bebíamos esperar a mañana. Y el Droid de la la sección 356 nos daría lo necesario para reparar la nave.
Ahora estoy preparándome para dormir, descasar
Me siento, no se por qué, un poco apático, me falta hago. Tal vez un atisbo de pesimismo, o que las dificultades de la semana han mermado un poco mis fuerzas y ansío con demasía las metas que en las próximas semanas me brindarán.
También, he vuelto a pensar en el Rey de los Granos de Café
tal vez se haya juntado un poco todo.
Pero, justo, momentos antes de rendirme a los sueños, adentrarme en ese mágico mundo incontrolable
en el que, a veces, repetimos los momentos más felices e intensos de nuestra vida. Miro atrás y me siento sastifecho, por que esta semana he vivido mucho, he luchado por algo y
para cuando transmita esta información, lo habré logrado. La vida es eso, aprendizaje. Errar para aprender. Equivocarse antes que la inactividad.
Y como último pensamiento del día, cito a Manolo García en la presentación de su nuevo libro: Soledad, ¡Qué superpoblada que estas!
fin de la de transmisión diaria.
Estimados amigos que cada día orientáis vuestras antenas para recibir mis transmisiones. Esta que os trasmito lo hago con carácter de urgencia. Escribo a las 22:30h desde mi receptáculo en portátil para protegerme del frio exterior.
Mañana, la gran computadora de abordo emitirá a 34.000.325 Megahercios. A todas la regiones conocidas y desconocidas.
Estamos en guerra, de ahí mi silencio de estos dias.
Camino de la región de la incertidumbre, la nave se insertó en una zona inestable. Explosiones de rayos ganma amenazaban el fuselaje. Nos protegíamos a la sombra de grandes asteroides, pensando que la línea curva sería la más propicia para salir de aquel infierno
pero después de aquel caos
cuando pensábamos que todo estaba en calma. Llegamos a un planeta. Según la base de datos de la computadora central, se denominaba Burocra, y los habitantes de allí mantenían el culto del orden y del laberinto.
Los retrocohetes de proa se encendieron con un gran rugido al entrar en la atmósfera, varias escotillas estallaron provocando el vacío en los el sector J-7, activándose de inmediato los sistemas de seguridad. El protocolo de aterrizaje de emergencia impidió un nefasto final sobre la superficie del planeta.
Toda la tripulación colaboró en los momentos de angustia y desesperación. Pero parecía que el peligro se cernía sobre nosotros.
Cuando pasó todo y el polvo se asentó, pudimos comprobar que la nave se había estrellado en el interior de un gran laberinto. Los controladores de los motores de plasma estaban averiados y no había forma de repararlos.
No hubo más remedio que establecer un plan de emergencia y excepcional. Después de realizar una reunión con los miembros de confianza, dado que la moral mermaba y los nervios se desataban, decidimos comenzar una proeza.
Los escáneres de la nave habían detectado un foco de actividad un foco de gran actividad. Decidieron que fuese yo a pedir ayuda.
Con un pequeño aerodeslizador, me desplacé con rapidez por los pasillos del laberinto. Las paredes eran de piedra roja de unos quince metros de altura.
Después de 72 horas de vuelo, pude llegar a una gran plaza de dimensiones kilométricas; y en el centro, un palalelepípedo de cristal. El PDA de mi bolsillo me indicó de lo que se trataba
era uno de los edificios más terroríficos de la galaxia: Burocracia Central. El gran laberinto burocrático donde uno fácilmente podía perderse entre formularios, procedimientos, certificados
Si quería conseguir las tarjetas necesarias para reparar la nave debía entrar allí y salir con ellas.
Dejé el aerodeslizador en las proximidades y entré con determinación.
Pensaba que serían pasillos y más pasillos solitarios, nada más alejado de la realidad. Un ejercito de robots movían documentos de un lado para otro. Robots de todas las formas y colores provocando sonidos electrónicos a su paso. Pasillos de varias alturas, apiladas una encima de otras, estanterías, escaleras, terminales de computadoras
He estado todo el día buscando soluciones, pero a cada puesta, he encontrado otra y otra en un ciclo repetitivo y absurdo que casi roza la locura. Mis compañeros en la nave realizan sus tareas confiados en que yo haga lo mismo, hacer mi trabajo, conseguir los componentes para salir de este planeta.
Ahora he acampado en un patio que da al exterior, a la espera de que con las luces del día las puestas de este inmenso edificio se abran y pueda continuar mi aventura.
Fin de la transmisión diaria.
Son las 22:58 escribo ahora, pero lo transmitiré mañana a primera hora.
Esta tarde ha ido al centro de la megatrópoli con Tobal para ver libros, cds y cámaras digitales. Digamos que ha sido una tarde consumista sin comprar nada. Soy consumista, desde el mismo momento que tengo la necesidad imperiosa de comprar algo, aunque en realidad no me haga falta vitalmente, no sea prioritario.
Como he dicho, hemos paseado tras los cristales de los inmensos escaparates de neón, pero hemos vuelto con las manos vacías.
Esto me ha recordado una cosa que me dijo en su día mi hermano José: El pájaro canta en la rama, el ciervo pace en la llanura y el hombre necesita muchas cosas porque tiene el corazón vacío.
No creo que llegue yo a esos extremos, pero si, me cortaron un pedazo de corazón, donde albergaba a mi musa.
Esta tarde al llegar a la base de V4L3NC14
silenciosa como la niebla, me envolvió la pereza y el aburrimiento, el mayor pecado.
Antes de asfixiarme con dicho gas he corrido a abrir todas las escotillas, mientras se aireaban las estancias he subido al puente de mando y he enviado una micro transmisión por el comunicador GSM a varios miembros de la tripulación:
Aquí sentado sobre el filo de la espada,
contemplo las distantes estrellas.
Quisiera tener la sensibilidad del poeta,
Quisiera tener la mirada del artista
Y el corazón del bandido
Para poder salir a caminar y sentir.
Solo sentir.
Lo que no se puede describir,
Lo que no se puede pintar
Lo que no se puede arrebatar.
En seguida he tenido contestación y después de varias llamadas telefónicas la niebla del aburrimiento había desaparecido.
fin de la transmisión diaria. Bohemia