El planeta donde se encuentra la ciudad de los prodigios queda distante ya perdido en un fondo estrellado, como un punto más luminiscente en un cielo de invierno.
La nave de los sueños vuela veloz como un disparo de cañón de gran calibre partiendo el universo en dos mitades simétricas. El rumbo, siempre constante, siempre en su eterna búsqueda. Y como primer paso, es necesario llegar al pozo de Arán.
Ahora estaba preparado, contaba con dos botones que impedía que el frío entrase en su pecho, disponía de un granico de ilusión, y en la ciudad de los prodigios había aprendido a observar con la mirada calidoscópica de los seres de piedra del reino de las montañas de las incertidumbres.
Ahora. Sí, ahora estaba por fin preparado.
Todo estaba oscuro en el puente de mando, Solo la pálida iluminación de las pantallas de las computadoras permitían ver la gran sala. Esta vez la música no acompañaba al Capitán de la nave de los sueños. Allí se encontraba, sentado en un gran sillón de cuero rojo y rudas mirando el escaner, estudiando el compás electrónico, sin perder la vista al astrolabio digital. Parecía una estatua de cera inmóvil, estática en la soledad de la nave.
Cerró los ojos y movió la mano con el dedo índice extendido en toda su elongación.
Con un único gesto, pulsó el boton de off e inmediatamente apareció el siguiente mensaje en la consola:
¿"Está usted seguro que quiere desconectar los sistemas de scaner y telemetría?
S/N. En caso afirmativo se iniciará el sistema de navegación manual.
Aceptó el comando y alzando la vista sin mover apenas al cabeza, se puso en pié.
Había una oscuridad azabache en el espacio exterior, las estrellas habían desaparecido pero su mirada caleidoscópica se mantenía atenta a un punto imaginario, a un lugar de fantasía a una chispa de ilusión.
Era un lugar donde los sensores de no le podrían mostrar, era un espacio solo perceptible con la imaginación, con una mirada de ternura y de corazón.
Por fin, después de tanto tiempo en este viaje iniciático, por fin había encontrado el planeta donde se encontraba escondido el Pozo de Arán. Lo esencial es invisible a los ojos. Y ahora Rásselas podía verlo.
Atrapaba entre sus manos el timón de la nave, su cabeza erguida con la frente alta. Se sentía bien, había superado las pruebas, había logrado alcanzar uno de los destinos fundamentales en el viaje.
Poco a poco, lo que comenzó siendo un punto azul en el espacio, se convirtió en una estrella preciosa.
Al rededor de ella bailaban cinco planetas gaseosos, de los cuales dos contaban con unos anillos dorados, como una corona en la frente.
Había un pequeño planeta, uno similar a la Tierra de donde procedía nuestro amigo, con mares, lagos y ríos. Con bosques y glaciares, con llanuras y grandes cordilleras. Rásselas sabía perfectamente a donde debía dirigir el timón de la nave, a una pequeña isla del mar del norte. Era un terreno inexplorado, virgen en toda su extensión.
Solamente en la costa este existía los vestigios de una antiquísima civilización perdida en los anales de la historia. No se sabía cuando construyeron el templo junto al mar, era un misterio sin descifrar.
Rásselas condujo la nave hasta una playa próxima, de arena fina y amarilla como el oro. Un centenar de
gaviotas se echaron al vuelo cubriendo el cielo con sus alas y sus graznidos.
Pronto el escándalo cesó, al igual que el rugir de los propulsores de la nave. Y la playa quedó nuevamente en silencio y frete a él, la isla de Arán.
... fin de la transmisión diaria.
Cuando tenía seis años entré rápidamente en el comedor y dije:
-¡Mama quiero ser poeta!.
Mi madre apresuradamente respondió. No hijo no, los poetas sufren, se empapan de la vida, son almas errantes y solitarias. Los poetas no debaten filosofías, desvelan la verdad.
Yo me quedé fijamente mirándola.-Mama quiero ser Poeta.
Hoy me he despertado una hora antes de levantarme, la luz de naranja sodio aun entraba por los agujerillos de la persiana. Era muy temprano, lo vehículos no se escuchaban en la calle.
Cuando me he puesto en pie dejando tras de mi una montaña de mantas desordenadas y una sábana de pelillo en el suelo, creo que he visto a mi alma aun durmiendo en ella.
Me ha costado mucho despabilarla y que preparase su equipaje, pues nos íbamos. Debemos dejar esta ciudad de ensueño y continuar nuestro eterno viaje de sueños e ilusiones, eterno viaje de amores.
Mientras la nave iniciaba su lento ascenso me he asomado a por la cubierta para echar un último vistazo a la calle. Allí, varias personas bailaban contentos celebrando una fiesta para mi incomprensible.
Al salir de la atmósfera y ser consciente de la llegada del invierno, apareció un poema de Enrique Villagrasa González en la pantalla de la Gran Computadora de Abordo.
Verso fugaz
La vida es poesía.
La primavera no tardará en llegar
y su luz iluminará los ocupados poemas
de nuestras atroces mentes.
Será un momento
o un rato,
o tal vez la eternidad.
fin de la transmisión diaria.
Doy por finalizado el día.
Una ducha con agua hirviendo, un baso de leche con ositos de galleta, un libro y miles de mantas.
Por hoy ya está bien.
¿No lo notáis?
Lo siento en las hojas de los árboles, en las ondas de los estanques. Lo noto en el graznido de un solitario pájaro, en un cielo cubierto de plomo, en un sol tímido.
El solsticio ha llegado, esta noche es la noche del nacimiento, la natalis invicti solis
El origen de la navidad.
http://www.tinet.org/~vne/cal_04.htm
http://www.rcadena.com/ensayos/navidad.htm
http://www.mercaba.org/LITURGIA/Nv/simbolismos.htm
Pero eso a mi no me importa demasiado, presiento como el eje terráqueo gira en su revolución perpetua adentrándose en la sombra del norte polar.
Por un momento, he notado una convulsión en la tierra, como el pajarillo que crece dentro de un huevo. Presiento que esta noche será larga, la más larga y que los días de frío se recrudecerán sin remedio. Pero es en esta noche, cuando la luz gana la batalla, es a partir de ahora cuando el sol nace con fuerza cubriendo al mundo de esperanzas.
¡Ya la noto cabalgando como una amazona en lontananza, con los brazos abiertos y una sonrisa en la cara! Es la primavera de esmeralda que calentará a los corazones de escarcha.
Por ahí asoma ¿Lo veis? ¿A caso no podéis verla? Sí, ¡atisbadla! y contemplar maravillados sus rizados cabellos de ramas, su piel de suave alpaca y el calor del amor en su mirada.
Es la primavera más cerca de una esperanza.
...fin de la transmisión diaria.
Esta tarde, fría como hacía tiempo, he ido otra vez al Pub Irlandés. Sin duda todo un descubrimiento.
El tiempo se ha detenido allí pues me he inmerso en la novela Bene de Adelaida García Morales. Es muy corta, pero intensa y apasionante.
Después, mientras me tomaba un café bien caliente, me vuelto a tener esa necesidad de agarrar el bolígrafo y desangrar su tinta en el papel. Ese pequeño sacrificio en honor a las Musas. Pero en el proceso de creación se sufre, se pelea con uno mismo, se lucha contra la nada. Es una batalla a muerte frente a un ejército de cuadrículas blancas.
He acabado extenuado, la respiración era lenta y profunda, las córneas me quemaban por la abrasión del momento.
Pero el resultado ha merecido la pena, he salido satisfecho y ligero. Durante la reyerta he dejado en el camino varias sombras que me atenazaban.
Sin duda ha sido genial.
Y genial al salir, ya de noche a la calle, abrigado con mi rebeca de lana, gorra de pana y bufanda al cuello. He andado por las calles de esta ciudad maravillosa escuchando una melodía que se ajustaba perfectamente al momento. Veía a la gente asomarse a los escaparates con su cara iluminada de ilusión, a unos corredores que casi me atropellan exhalando vaho por la boca, a una mujer con abrigo de piel negro y un perro minúsculo de largo pelaje blanco.
Yo estaba distante a todo, solo caminaba y observaba, llevando en mi mochila un preciado tesoro, mi libreta de papel reciclado.
...fin de la transmisión diaria.
Estimados amigos/as:
Os presento la premiere de mi exposición:
Es para mi toda una satisfacción ponerme en contacto con todos vosotros para comunicaros una gran noticia.
Por fin, después de comprar mi primera cámara en mayo del 2003, voy a realizar una exposición.
Esta se llevará a cabo la próxima semana del 25 al 30 en el Café Pub Alquimia de 16 a 19h. De Águilas, Murcia.
Será una muestra de fotos digitales realizadas en el transcurso de un año y medio. Dichas fotos serán, fundamentalmente: Paisajes de Águilas, texturas y conceptuales. El formato de exposición será mediante pantallas de plasma y un cañón multimedia.
Estando auspiciada por el Café Pub Alquimia y aguilasnoticias.com.
Mi intención es mostrar mi incipiente obra y demostrar que con una sencilla cámara se pueden realizar grandes fotos. La fotografía hoy en día está al alcance de todos gracias a la tecnología. Aprovechemos este momento para utilizarla como modo de expresión.
Según la RAE, la definición de preludios es: Aquello que precede y sirve de entrada, preparación o principio a algo. Si duda mi exposición es una preparación de otra mucho más grande y compleja que me gustaría llevar a cabo en un futuro. Es el principio de algo, de mi andanza en el mundo de las imágenes. Mis fotografías dejan de estar escondidas en el disco duro del ordenador para ser mostradas en público.
Aprovechando la exposición, sería fantástico el poder coincidir algún día en el Pub, sobre todo con aquella gente que llevo tiempo sin ver.
Para los que estéis en la lejanía, sabed que os tendré presente y con este correo os hago participes de mi emoción.
Los agradecimientos sería una lista terriblemente larga, y aun así seguro que me quedo corto.
Así que os doy las gracias a todos por ser mis amigos, por haberme acompañado en alguna etapa de mi vida. Por haberme influido, seguro que de una manera u otra dicha influencia se reflejará en mis fotos, vuestras fotos.
Si debo agradecer concretamente a las personas que han colaborado explícitamente en esta exposición:
A mis hermanos, por ser ellos.
A Daniel Marco, por tu apoyo y consejo.
A José Solano, por toda tu ayuda, sin él no se que haría.
A mis amigos del callejón, por su paciencia en mis ausencias.
A quién me enseñó qué era taray.
A Alicia, por seleccionarme la música.
A mis compañeras de piso, sois geniales.
A Isa, para ver si nos vamos a hacer fotos a Cope de una vez.
A Pub Alquimia y aguilasnoticias.com, por confiar en mi.
A Yayo por haberme pasado esos programas y por animarme.
Os espero a todos en el Alquimia la semana que viene.
Anunciado en la agenda cultural de regmurcia.com
Próximamente en www.aguilasnoticias.com
Un fuerte abrazo.
...fin de la transmisión diaria.
Exposición Fotográfica en el Pub Alquímia
del 25 al 30 de diciembre del 2006
16 a 19h
Águilas Murcia
Mas en muyinternetsante.tk
Reseña de /fimderil, Licenciado en Bellas Artes:
A la hora de determinar el valor de la obra de arte y a raíz de esto, quién es artista y quién no lo es, popularmente se recurre a la clásica cuestión de ¿el artista nace o se hace? En mi opinión, dicha disyuntiva se me antoja errónea. No podemos hallar una respuesta absoluta y discriminatoria a algo tan subjetivo como es el arte: el medio de expresión humano más personal, más espiritual. Como medio de comunicación, todos somos capaces de utilizarlo, ahora bien, depende de cada cual el valernos de ese medio artístico para expresarnos desde nuestro interior, y eso depende a su vez en gran medida de la sensibilidad que cada individuo posea. En este sentido, Ramón Zaragoza está dotado de una sensibilidad extraordinaria, pues en sus manos, la cámara fotográfica no es un aparato de captación de la realidad, sino la herramienta para destilar esa realidad y presentarla como una nueva imagen. Pero es en la creatividad donde se halla su mayor virtud, ya que sus fotografías están impregnadas de originalidad y experimentación que derivan en una amplia gama de resultados: desde las más clásicas hasta las más atrevidas, frescas e incluso divertidas.
Por otra parte, la propuesta de Rásselas no podría ser más ejemplar y actualizada: la muestra de sus fotografías en formato digital en el café-bar Alquimia, se presenta como un evento singular que debemos aprovechar. Ya que tanto nos cuesta visitar museos y galerías, la montaña viene a Mahoma, el arte viene a nosotros para enriquecer nuestro tiempo de ocio. El arte y la vida se vuelven a mezclar.
Diseño cartel: /gambiteroo
Texto y asesoramiento: /fimderil
Música: especial selección de /aliku
Fotografía y montaje del video: /muyinternetsante
...fin de la transmisión diaria.
Ya nos acercamos al invierno, parece que no llega el frío, pero es solo en apariencia.
Cuando cae la noche, la Ciudad de los Prodigios nunca duerme. Yo sí, entro en mi camarote de la Nave de los Sueños e intento dormir. Normalmente lo consigo y sueño bien, aventuras grandiosas. Pero hay días en que la añoranza y la melancolía me ataca.
El otro día así me ocurrió y después de leer esto pense...
MORIR SOÑANDO
Último poema de Unamuno, muerto el 31-XII-1936
Morir soñando, sí, mas si se sueña
morir, la muerte es sueño; una ventana
hacia el vacío; no soñar; nirvana;
del tiempo al fin la eternidad se adueña.
Vivir el día de hoy bajo la enseña
del ayer deshaciéndose en mañana;
vivir encadenado a la desgana
¿es acaso vivir? ¿y esto qué enseña?
¿Soñar la muerte no es matar el sueño?
¿Vivir el sueño no es matar la vida?
¿A qué poner en ello tanto empeño?:
¿aprender lo que al punto al fin se olvida
escudriñando el implacable ceño
-cielo desierto- del eterno Dueño?
28 -día de Inocentes- de diciembre, 1936.
Sin duda alguna, no puedo permitir vivir encadenado a la desgana, a esa perenne melancolía que me atenaza por las noches. Entra como el frío invierno por los resquicios de las ventanas, por los huecos de las puertas para helarme.
Ayer, ayer se deshace como un terrón de azúcar en un té caliente, el mañana es el sabor que dejará patente.
Mirar hacia el mañana, porque mañana amanecerá de nuevo y habrá un brillo de esperanza un destello de ilusiones.
En la fresca madrugada, mil historias surgirán, nuevas hazañas se dispondrán.
Debo alzar la vista, dejar de mirar mis desgastados zapatos del camino ya recorrido, y contemplar el maravilloso paisaje que me rodea.
Quiero mirar al futuro saltando desde el presente.
¡Ya!
Hoy salto hacia el optimismo.
...fin de la transmisión diaria.
Hoy en esta ciudad prodigiosa, en esta maravilla de vida, pese al frío y a las nubes pasadas.
Hoy me he levantado con esta pregúnta rondando mi mente.
Seasons Of Love
COMPANY
525,600 minutes, 525,000 moments so dear. 525,600 minutes - how do you measure,
measure a year? In daylights, in sunsets, in midnights, in cups of coffee. In
inches, in miles, in laughter, in strife. In 525,600 minutes - how do you
measure a year in the life?
How about love? How about love? How about love? Measure in love. Seasons of
love.
SOLOIST 1
525,600 minutes! 525,000 journeys to plan. 525,600 minutes - how can you measure
the life of a woman or man?
SOLOIST 2
In truths that she learned, or in times that he cried. In bridges he burned, or
the way that she died.
COMPANY
Its time now to sing out, tho the story never ends let's celebrate remember a year in the life of friends. Remember
the love! Remember the love! Remember
the love! Measure in love. Seasons of love! Seasons of love.
...fin de la transmisión diaria
En estas tardes previas al invierno que se aproxima, apunto de alcanzar la máxima oscuridad nocturna, continúo con mis paseos por las calles de esta ciudad de fábula, la ciudad de los prodigios.
He caminado por una gran avenida y me he quedado parado en una esquina, en una encrucijada de calles, allí se produjo algo extraordinario.
Era transparente. Los transeúntes ya fueran humanos, androides o alienígenas no eran capaces de diferenciarme con el fondo. Mas bien mi gorra de pana, mi rebeca de lana, mis pantalones azules, se convirtieron en las losas del suelo, en la pintura de la fachada, en parte del cristal de un decorado escaparate. Me volví camaleónico. Desde esta privilegiada perspectiva, aislado de todo ruido exterior por medio de mi reproductor de mp3. Me dediqué a observar, a recrearme con cada mirada, cada gesto, cada postura, cada indumentaria
por unos minutos parecía un antropólogo intentando analizar a la masa, con la exclusiva intención de saber donde me hallaba yo. Necesitaba saber si pertenecía a ellos o simplemente soy un victima de un valor estadístico, un eslabón débil.
En un instante, todos se detuvieron, las hojas de los árboles dejaron de mecerse con la brisa nocturna, los semáforos quedaron en rojo, una señora a medio subir a un autobús y un taxista asomando el puño enfurecido por la ventanilla. A mi no me afectó el letargo. O tal vez, me movía tan rápido que aparentemente el mundo se había detenido.
Un fugaz destello llamó mi atención, allí estaba otra vez, Inmica, el hada de las palabras. Fuimos a un café y allí pasamos la tarde, mientras el mundo continuó con su singular revolución.
fin de la transmisión diaria.
Es sin duda, esta ciudad de fábula, grandiosa en toda su extensión. Edificios altos y puntiagudos capaces de arañar los cielos son sus finas uñas de cristal y acero.
Luces de colores moviéndose por fachadas imposibles, curvilíneas, ingrávidas.
Un hormiguero de gentes y transeúntes van de un lado para otro, guardando para si su anonimato, su historia.
Yo me quedo fascinado al contemplarles, al estudiar sus hábitos, sus gestos y ademanes. Soy un punto en la masa humana, entre millones de androides preprogramados y de fácil manipulación, una singularidad entre especies de otros planetas con sus semblantes azules, de ojos saltones y piel brillante. Un eslabón débil.
Pero ante las dificultades, una fuerza interior me posé, se apodera de mi, y me hace seguir hacia delante. Esa fuerza intrínseca en nuestra especie, la búsqueda por la supervivencia.
Tal vez yo no sobreviva, más bien perviva ofuscado desnudo tras un velo de poesía, me escondo tras la metáfora.
Entré en un extraño local, difusamente iluminado. Una capa de humo ocultaba el techo como dos líquidos de distinta densidad.
Seres de otras galaxias conversaban, bebían, fumaban
Yo, con la única compañía de un tercio de cerveza, hice un esfuerzo y escribí. Escribí sin metáfora, sin prosopopeyas, ni símiles
El intento descargó gran energía por la punta del bolígrafo, fue un rayo atronador, una explosión de tinta disparando una nube de metralla, de sílabas y palabras, de emociones.
Pronto la celulosa del papel desapareció dejando tras de si una superficie perfectamente pulimentada y acuosa. Parecía un espejo de mercurio. Mire, miré bien
ya no me importaban los extraños seres que me rodeaban, ya no escuchaba la música. Apretaba el bolígrafo con fuerza y este se hundía en el metal líquido. Y allí estaba yo, mi rostro.
No me dio miedo a ver me, no fue como El retrato de Dorian Grey de Oscar Wilde
yo me vi, con mis imperfecciones sí, pero no tuve miedo.
Pude observar mi interior y una consecución de imágenes
atado en una vía, un choque de trenes, un mar extraño, un cielo sin estrellas, una mano saludando, un ojo de vivo color, una despedida y una sorpresa, un regalo, una calle vacía en la noche
Símbolos al fin y al cabo.
Pero entre todas las imágenes, estaba yo allí.
¿Me atreveré a mirar otra vez, el día que vuelva a escribir?
fin de la transmisión diaria.
Es muy tarde, me han sucedido grandes cosas que mañana contaré.
Voy a descansar, pero me gustaría soñar que por una vez soy cazador de poemas.
¡Qué lástima!
León Felipe
¡Qué lástima!
que yo no pueda cantar a la usanza
de este tiempo lo mismo que los poetas que hoy cantan!
¡Qué lástima
que yo no pueda entonar con una voz engolada
esas brillantes romanzas
a las glorias de la patria!
¡Qué lástima
que yo no tenga una patria!
Sé que la historia es la misma, la misma siempre, que pasa
desde una tierra a otra tierra, desde una raza
a otra raza,
como pasan
esas tormentas de estío desde ésta a aquella comarca.
¡Qué lástima
que yo no tenga comarca,
patria chica, tierra provinciana!
Debí nacer en la entraña
en la estepa castellana
Y fui a nacer en un pueblo del que no recuerdo nada:
Pasé los días azules de mi infancia en Salamanca,
Y mi juventud, una juventud sombría, en la montaña.
Después ... ya no he vuelto a echar el ancla
y ninguna de estas tierras me levanta
ni me exalta
para poder cantar siempre en la misma tonada
al mismo río que pasa
rodando las mismas aguas,
al mismo cielo, al mismo campo y en la misma casa.
¡Qué lástima
que yo no tenga una casa!
Una casa solariega y blasonada,
una casa
en que guardara,
a más de otras cosas raras,
un sillón viejo de cuero, una mesa apolillada
y el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla.
¡Qué lástima
que yo no tenga un abuelo que ganara
una batalla,
retratado con una mano cruzada
en el pecho, y la otra mano en el puño de la espada!
Y, ¡qué lástima
que yo no tenga siquiera una espada!
Porque .... ¿qué voy a cantar si no tengo ni una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa
solariega y blasonada,
ni el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla,
ni un sillón viejo de cuero, ni una mesa, ni una espada?
¡Qué voy a cantar si soy un paria
que apenas tiene una capa!
Sin embargo... en esta tierra de España
y en un pueblo de la Alcarria
hay una casa
en la que estoy de posada
y donde tengo, prestadas,
una mesa de pino y una silla de paja.
Un libro tengo también. Y todo mi ajuar se halla
en una sala
muy amplia
y muy blanca
que está en la parte más baja
y más fresca de la casa.
Tiene una luz muy clara
esta sala
tan amplia
y tan blanca...
Una luz muy clara
que entra por una ventana
que da a una calle muy ancha.
Y a la luz de esta ventana
vengo todas las mañanas.
Aquí me siento sobre mi silla de paja
y venzo las horas largas
leyendo en mi libro y viendo cómo pasa
la gente al través de la ventana.
Cosas de poca importancia
carecen un libro y el cristal de una ventana
en un pueblo de la Alcarria,
y, sin embargo, le basta
para sentir todo el ritmo de la vida a mi alma.
Que todo el ritmo del mundo por estos cristales pasa
cuando pasan
ese pastor que va detrás de las cabras
con una enorme cayada,
esa mujer agobiada
con una carga
de leña en la espalda,
esos mendigos que vienen arrastrando sus miserias de Pastrana,
y esa niña que va a la escuela de tan mala gana.
¡Oh, esa niña! Hace un alto en mi ventana
siempre y se queda a los cristales pegada
como si fuera una estampa
¡Qué gracia
tiene su cara
en el cristal aplastada
con la barbilla sumida y la naricilla chata!
Yo me río mucho mirándola
y la digo que es una niña muy guapa...
Ella entonces me llama
¡tonto!, y se marcha.
¡Pobre niña! Ya no pasa
por esta calle tan ancha
caminando hacia la escuela de mala gana,
ni se para
en mi ventana,
ni se queda a los cristales pegada
como si fuera una estampa.
Que un día se puso mala,
muy mala,
y otro día doblaron por ella a muerto las campanas.
Y en una tarde muy clara,
por esta calle tan ancha,
al través de la ventana,
vi cómo se la llevaban
en una caja muy blanca...
En una caja muy blanca
que tenía un cristalito en la tapa.
Por aquel cristal se la veía la cara
lo mismo que cuando estaba
pegadita al cristal de mi ventana ...
Al cristal de esta ventana
que ahora me recuerda siempre el cristalito de aquella caja
tan blanca.
Todo el ritmo de la vida pasa
por este cristal de mi ventana ...
¡Y la muerte también pasa!
¡Qué lástima
que no pudiendo cantar otras hazañas,
porque no tengo una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa
solariega y blasonada,
ni el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla,
ni un sillón viejo de cuero, ni una mesa, ni una espada,
y soy un paria
que apenas tiene una capa ...
venga, forzado, a cantar cosas de poca importancia!
...fin de la transmisión diaria.
Entré de lleno en la Ciudad de los Prodigios. A cada paso, me sorprendía aun más las sucesivas visiones que bombardeaban mis corneas con la velocidad de un celuloide a través de un proyector.
Miles de lámparas encendidas, millones, miles de millones de multitud de colores creaban una jungla luminiscente, un país de luciérnagas.
Caminaba, sin perder la vista en nada, manteniendo la atención a cada detalle, sobre todo en sus transeúntes. Tenía la sensación de no estar allí, mi mundo era otro, uno distinto al que ellos no podían acceder: mi mundo interior situado entre el espacio que ocupan dos auriculares y un mp3.
Mi periplo iba acompañado de una banda sonora que ensalzaba aun más mis emociones. Han evolucionado tanto desde el Jardín de Hespérides ya no soy el mismo, pero desde el Valle de las Montañas de la Incertidumbre, mi encuentro con las Grayas
Siento que mis sentimientos están tensos como las cuerdas de una guitarra. Vibra a una velocidad vertiginosa y senoide entre lo racional y lo emocional, produciendo a veces acordes melódicos que me hacen sentir bien, otras tantas casi la mayoría de las veces, sonidos discordes que me desorientan y confunden.
Me tiemblan las manos, las tengo frías, gélidas.
Ya no me muerdo las uñas porque de nada vale.
Si tuviese una oportunidad, una señal de interés La eterna paradoja se avecina con el estruendo de la tormenta en la lejanía.
Lo noto.
Tengo la sensación de nadar sin moverme, de invertir todos mis esfuerzos, energías, en batir el agua, sin avance alguno. Ahora la suma de fuerzas tiene un resultado equitativo. Pero todo es tan sutil me encuentro al borde de un torbellino marino, poco a poco me irá arrastrando de la superficie donde me encuentro, hasta la más absoluta oscuridad del fondo. Otro vórtice en mi vida, tengo que estar preparado, asirme bien fuerte.
En estas semanas, desde que me dieron los botones esos simpáticos duendes de arena estoy bien, podría decir que feliz. En muchas facetas de mi vida ha mejorado mi situación, en otras no. Y son precisamente esa inamovilidad en su evolución lo que arrastra al resto hacia esa noria logarítmica.
Sí, sin duda necesito una señal, un algo, un motivo, un disparo de nieve, una excusa para tirar todo por la borda y mover cielo y tierra.
Para saber que todo, todo por lo que estaría dispuesto a luchar, sin miedo a nada, a cambiarlo todo, a que mi mundo y mi universo girase en otros ejes, con otras coordenadas, a desaparecer todos mis meridianos y trazar otros mapas para saber que todo eso merece la pena.
Merece la pena por ti.
fin de la transmisión diaria.
Dejé la nave atracada en lo que parecía un parque en medio de la urbe. Esta se encontraba iluminada por una galaxia de luces de todo tipo. No había ni una superficie sin iluminar, no existían las sombras. ¿Os podéis imaginar andar sin sombra? El poder encantador de la megalópolis, casi hipnotizante me hacía avanzar por sus cases mirando en todas direcciones: arriba, abajo, izquierda, derecha, atrás
hasta miré en mi interior.
Miré lo que hace unos meses tengo terror a observar
sentado en lo alto de un mirador, donde se podía contemplar gran parte de la maravilla construida, como brillantes alfileres que perforan el cielo, edificios imposibles, ingrávidos en concepción. Allí, sentado en una arista, dejando colgadas mis piernas
me quité por un momento los botones que me dieron en su día los dos duendes de arena.
Tuve el valor de mirar el interior de mi pecho, ver la herida que hicieron las Grayas, ese hueco insondable, ese abismo marino y lúgubre esa nada era mía. Mi nada.
Y nada no puede ser nada, ya de por si es algo, es nada.
Con extremo cuidado, cerré los dos pliegues de carne, una llaga que nunca cicatriza,
con los dos botones mágicos. Miré hacia delante pero sin mover la cabeza, fue cuando esbocé una sonrisa sin pensarlo. Salí espontánea, tímida en un principio, como el despertar de una flor en la incipiente madrugada
después se convirtió en carcajada.
Estaba en la ciudad de los prodigios, no sabía como había llegado hasta allí.
Pero sin duda, lo importante era que debía disfrutar los días en que la ciudad se me deja ver y me permite transitar por sus calles, enseñándome sus maravillas.
fin de la transmisión diaria.
[
] Coged las rosas mientras podáis
veloz el tiempo vuela [,,,]
Estos días no he querido perder el tiempo, me resistía ante le embrujo de la pasividad, de dejarme caer sobre un sillón viendo pasar las horas frente a mi mirando los parpadeantes monitores. No, no quería vegetar otra vez.
Esta mañana he abierto de par en par las compuertas de la nave, mientras trabajaba en el puente de mando notaba como el fresco entraba con confianza, sin temor ni timidez ante la presencia de una calefacción inexistente. A mi me despabilaba, me hacía sentir vivo.
Por un momento, mientras corregía unos documentos con la brocha del Tipp-ex, pense Pensé que me gustaría poder disponer de algo así para borrar todo lo malo, al menos esa sensación amarga que a veces me sale de lo más profundo de mi interior, como la bilis, que ensombrece hasta el día más luminoso. Esa carga que me dobla la espalda y me hace arrastrar los pies, me obliga a meter las manos en los bolsillos, a agachar la cabeza, me asfixia ese polo magnético hacia la soledad.
Quiero tener un Tipp-ex y dejar mi corazón, ahora desaparecido, dispuesto para todo, preparado incluso para salir otra noche en busca de un taray o listo para ser otra vez sorprendido en una nueva aventura.
Quiero borrar para siempre el Des
Ese prefijo desolador y maldito. Des
desaliento, desconfianza, desasosiego, desmotivación, desamparo, desolación, desanimo, desidia
desamor.
Salí al puente de mando y vi una luna dorada, era muy temprano, madrugada de otoño, y el astro flotaba sobre un horizonte urbano, había llegado a una ciudad, de un planeta desconocido. En la mañana fría, un velo lechoso pintaba el cielo con trazos de acuarela chinesca. Me agarré a la barandilla de la borda y respiré hondamente, hinché mis pulmones y solté el aire con un suspiro. Como si sacase de mi ese Des- que llevaba dentro.
Fue cuando de una liviana nube apareció un ángel de sueño
Eye In The Sky
Don't think sorry's easily said
Don't cry, turn the tables instead
You've taken lots of chances before
But I ain't gonna give anymore
Don't ask me
That's how it goes
Cause part of me knows what you're thinkin'
Don't say words you're gonna regret
Don't let the fire rush to your head
I've heard the accusations before
And I ain't gonna take any more
Believe me
The sun in your eyes
Made some of the lies worth believing
Chorus:
I am the eye in the sky
Looking at you
I can read your mind
I am the maker of rules
Dealing with fools
I can cheat you blind
And I don't need to see any more
To know that
I can read your mind, [looking at you] I can read your mind,[looking at you]i can read your mind [looking at you] i can read your mind
Don't leave false illusions behind
Don't cry, I ain't changing my mind
So find another fool like before
Cause I ain't gonna live anymore
Believing
Some of the lies
While all of the signs are deceiving
(chorus)
... fin de la transmisión diaria.