Senda del tiempo.
Celtas Cortos
A veces llega un momento en que
te haces viejo de repente
sin arrugas en la frente
pero con ganas de morir
paseando por las calles
todo tiene igual color
siento que algo hecho en falta
no se si será el amor
Me despierto por la noches
entre una gran confusión
es tal la melancolía
que está acabando conmigo
siento que me vuelvo loco
y me sumerjo en el alcohol
las estrellas por la noche
han perdido su esplendor
He buscado en los desiertos
de la tierra del dolor
y no he hallado mas respuesta
que espejismos de ilusión
he hablado con las montañas
de la desesperación
y su respuesta era solo
el eco sordo de mi voz
...fin de la transmisión diaria.
Siento esta canción muy dentro de mi...
y presiento vivir dentro de este film.
...fin de la transmisión diaria
Pasan los días esperándote como gotas de una lejana lluvia de verano, cuando se ve como las nubes oscuras se alejan pesadas hacia el oeste, y el sol, agacha la cabeza para asomar su rostro bajo ellas. Levanta las faldas al cielo, él también busca desesperadamente corazones que alumbrar, salvarles de una manera u otra de ese frío que les acongoja y secar sus rostros mojados por la tormenta.
Ya los rayos ni le oyen, sólo son un lamento lejano, un murmullo de recuerdos, como el eco que se dispersa en las montañas.
¿No lo escuchas? Regresa el trinar de las golondrinas a estos campos de estío, de cebada mecida por el húmedo viento. Pronto caerá la noche oscureciéndolo todo, dejará un campo de sueños elíseos que nos invitará otra vez a disfrutar en la cercana playa. Sí, esa distante a todo ruido de ciudad, esa que solo tú y yo conocemos y gozamos.
Y volverán los terremotos y oleajes, y disfrutaremos con el mecer de las marejadas y sus espumas, cayendo sobre nuestros cuerpos una salpicadura de besos que nos invitarán a zambullirnos en la pasión.
La mar parirá una luna llena en el Este que iluminará tus piernas y muslos, territorios por descubrir palmo a palmo, tus caderas como una bailarina de Damasco en las mil y una noches, tu cintura tostada como la arena a la orilla del Nilo, tu pecho tibetano y tu rostro sin mácula como un fresco del renacimiento en una capilla florentina.
Así, pasan los días, esperándote como gotas de una lejana lluvia
...fin de la transmisión diaria.
-¡Despierta!- fue una voz, como un susurro, casi un suspiro.
Rásselas abrió de par en par los ojos, hacía días que no escuchaba la voz humana. Pero lo único que pudo ver era la oscuridad más profunda y sólida.
-¿Quién ha hablado?- Se levantó frotándose los ojos, pero aun así no pudo ver nada.- ¿Dónde estoy?
-Abajo.-Otra vez la voz le susurró y sonó como la brisa que cruza una galería.
-¡Eso no me dice nada!- Se mostró sorprendido.-¿Dónde es abajo?
-Abajo no es más que una indeterminada coordenada de valores Y negativos dentro de un espacio cartesiano tridimensional X,Y y Z.
-¡Ah muy bien!¡ahora me queda más claro! Pero aun no me has respondido a la primera pregunta.-Hizo una pausa y tomó aire,-¿Quién eres?
-Soy la supervivencia.
-No he oído hablar nada de ti, vamos como un ente personificado, siempre te he conocido como un entre abstracto.
-Y lo soy, pero toda abstracción puede tomar forma y personalidad dentro de la imaginación, tu mismo me estas formando ahora mismo, tu necesidad me invoca. ¿No te ves?
Ahora podía ver algo, parecía que los ojos de nuestro amigo se acostumbraban a la completa oscuridad y un halo de fluorescencia envolvía todo.
Y allí estaba él, tirado en el suelo, una mano agarraba una pata de Ups, este yacía inerte con una profunda grieta en el caparazón provocada tal vez por el golpe contra el suelo al caer cientos de metros, o tal vez miles.
-¿Cómo es posible?¿soy yo?
-Si un hilillo de agua que rezuma por la pared te ha dado un poco de vida, y de esa chispa que aun te queda me has creado a mi, la supervivencia.
-Me he tenido que dar un gran golpe.
-Lo ha sido. Andabas a oscuras, apenas sabías donde ponías los pies. No conocías el camino y erraste en tus decisiones. Como consecuencia caíste a esta sima. Ahora estas abajo.
¿Qué puede hacer? Debo continuar mi eterno viaje, debo buscar mi ilusión como una pompa de jabón. La tuve en mis manos, pero la dejé escapar. No se, tal vez tendría que haberla retenido. Tal vez por eso estoy ahora aquí abajo.
-Las respuestas las tienes tu, yo no soy más que una fantasía. Solo puedo decirte que te despiertes ya de una vez y dejes de agonizar en el suelo. Levántate y comienza otra vez tu camino. Sobrevive.- La voz rodeaba todos los sentidos de nuestro amigo, era un suave torbellino que el envolvía, le medía. Poco a poco fue desapareciendo por las galerías.
Y Rásselas, despertó.
fin de la transmisión diaria.
Hoy comienza en verano, el solsticio me sorprende por la espalda y sin estar preparado. No tengo ni idea de cómo será esta época estival, solo sé que tengo unos viajes preparados: Madrid, Foto Rally cruzarme España, Francia e Inglaterra en furgoneta.
Pero aun así, no se, no tengo muchas ganas de verano, preferiría el invierno con su gélida temperatura, sus tazones de té hirviendo y mi gorra. Así me siento más protegido. Lo que tengo preparado no son planes realmente, casi son compromisos no elegidos, mis planes se rompieron como el cristal por el calor. Fue instantáneo.
No se si existe pegamento para unir las piezas, para recomponerlo todo y dejarlo como estaba en esta preciosa primavera que hemos pasado. ¿Por qué cuando uno esta bien y disfruta, las cosas deben de cambiar? Tal vez para valorar aun más esos momentos de bienaventuranza.
Sin duda, el poco tiempo que me quede libre será para tumbarme en la playa y dejarme acariciar por la brisa marinera, me envolverá los aromas del Mediterráneo, el sonido de las incesante olas, las voces amortiguadas de la gente que me roda: esa mujer en la sombrilla llamando a su hijo con un pareo rojo y un sombrero de paja; dos niños que juegan en la arena despreocupados, la niña tiene una galleta de chocolate que moja en el cubo con agua; una pareja abrazados que se pasea, él no deja de mirarla; unos amigos jugando a las palas Y yo, abstraído inundado por todo y de todo como una molécula flotando en la nada me dejaré llevar por un mar de recuerdos inolvidables.
Será como los cuadros de Sorolla. (uno de mis pintores favoritos, gracias a /fimderil)
Espero que tod@s tengáis un precioso verano, pese a todas las dificultades de trabajo y estudios, de practicas en empresas y demás temas. Espero sinceramente que este verano os sirva para recuperar fuerzas y energías. Así, cuando llegue el invierno, la sonrisa será imborrable y guardaréis calor en los corazones.
Un profundo abrazo.
...fin de la transmisión diaria.
Esta sensación es una deflagración bajo el mar. Primero se expande a gran velocidad con una onda expansiva de burbujas minúsculas y veloces. Después implosiona por el peso de toneladas de agua. Un rayo fugaz que parte el océano y después el silencio. El silencio de las simas abisales y oscuras, imperturbables.
Así a veces las sensaciones, los sentimientos nos tratan. Nos hacen sentir livianos y despreocupados, y en poco tiempo se vuelven contra nosotros aplastando ilusiones y sueños.
Son las leyes fundamentales de la tectónica de placas sin duda los latidos que abaten nuestro cerebro.
De ahí radica la dificultad de sobrevivir a tan extraordinaria detonación, porque su explosivo es sin duda la pasión más concentrada, macerada en el interior del alma a mucha presión, la presión de la inexperiencia o el no saber qué hacer, esperando la oportunidad de salir a conquistar el aire con abrazos.
Siento que el día en que explote tanta acción retenida, el universo se quedará pequeño para albergar tanto sentir en movimiento.
Ya os digo, sobrevivir a una gran explosión bajo el mar es difícil, me queda respirar, ser paciente y recuperarme.
fin de la transmisión diaria.
Mis ojos resecos,
Y mi corazón de sílice
Reclaman tu presencia
Como el aullido nocturno de un lobo estepario ante la luna.
Y trazaría un mapa del universo con las líneas de tu nombre.
Y lo repetiría una y mil veces hasta que las estrellas se avergonzasen
De su opacidad ante su mirada.
Hasta que los navegantes no tuvieran más remedio que prescindir de la Polar
Y seguir tu rastro, tu estela en el cielo como un deseo fugaz en lo alto.
Contemplo que soy
Un recreo de recuerdos.
...fin de la transmisión diaria.
Siento que la tarde opalina se cierne por mi ventana. Hace días que el tañido de las campanas no me dicen nada. Es el vibrar de las cuerdas de una lejana guitarra lo que me atenaza. Los rayos dorados de un sol de escamas, entran en mi ser como el hierro candente en la brasa.
No respiro, sudo y desisto tirado en mi cama, esperando la noche que me refresque mi alma mal hallada.
Es la nostalgia de sutiles dedos que viene en busca de recuerdos como un ave de carroña, es la muerte con su guadaña.
Es la tarde de sudorosa nostalgia.
...fin de la transmisión diaria.
Sigo en esta enorme cueva, en la oscuridad más absoluta que me ciega y aunla mis sentidos. ¿Cómo horientarme?
En esta desesperación recuerdo pues un pasaje de la mítica novela "Viaje al Centro de la Tierra" de Julio Verne.
XXVII
Imposible pintar mi desesperación. No hay palabras en ningún idioma del mundo para expresar mis sentimientos. Me hallaba enterrado vivo, con la perspectiva de morir de hambre y de sed.
Maquinalmente, paseé por el suelo mis manos calenturientas. ¡Qué seca me pareció aquella roca!
Pero, ¿cómo había abandonado el curso del riachuelo? Porque la verdad era que el arroyo no estaba allí. Entonces comprendí la razón de aquel silencio extraño, cuando escuché la vez última con la esperanza de que a mis oídos llegase la voz de alguno de ellos. Al internarme por aquel falso camino, no había notado la ausencia del arroyuelo. Resultaba evidente que, en un cierto momento, el túnel se había bifurcado, y, mientras el Hans-Bach, obedeciendo los caprichosos mandatos de otra pendiente, había proseguido su ruta hacia profundidades desconocidas, en unión de mis compañeros, yo me había internado solo en la galería en que me hallaba.
¿Cómo regresar nuevamente al punto de partida? No había huellas, ni mis pies las dejaban grabadas en aquel suelo de granito. Me devanaba los sesos buscando una solución a tan irresoluble problema. Mi situación se resumía en una sola palabra: ¡Perdido!
¡Sí! ¡Perdido a una profundidad que me parecía inmensurable! Aquellas treinta leguas de corteza terrestre gravitaban sobre mis espaldas con un peso terrible! Me sentía aplastado.
Traté de guiar mis ideas hacia las cosas de la tierra pero apenas si pude conseguirlo. Hamburgo, la casa de la König-strasse, mi pobre Graüben, todo aquel mundo bajo el cual me encontraba perdido desfiló rápidamente por delante de mi imaginación enloquecida. En mi alucinación, volví a ver los incidentes del viaje, la travesía del Atlántico, Islandia, el señor Fridriksson, el Sneffels. Pensé que si, en mi situación, aún conservaba una sombra de esperanza, sería signo evidente de locura, y que era preferible, por tanto, desesperar del todo.
En efecto, ¿qué poder humano podría conducirme de nuevo a la superficie de la tierra, y abrir las enormes bóvedas que sobre mi cabeza se cerraban? ¿Quién podría señalarme el buen camino y reunirme a mis compañeros?
-¡Oh tío! --exclamé con desesperado acento.
Esta fue la única palabra de reproche que se escapó de mis labios; porque comprendí que el pobre hombre debía padecer también buscándome sin descanso.
Cuando me vi, de esta suerte, lejos de todo socorro humano, incapaz de intentar nada para lograr mi salvación, pensé en la ayuda del Cielo. Los recuerdos de la infancia, los de mi madre, a quien sólo conocí en la época de las caricias, acudieron a mi memoria. Recurrí a la oración, por derechos que tuviese a ser escuchado por Dios, de quien me acordaba tan tarde, y le imploré con fervor.
Aquella invocación a la Providencia me devolvió algo la calma y pude llamar en mi auxilio a todas las energías de mi inteligencia.
Tenía víveres para tres días y mi calabaza estaba llena de agua. Sin embargo, no podía permanecer más de este tiempo solo. Ahora se presentaba otro problema: ¿debería descender o subir?
Subir sin duda alguna! ¡Subir sin descansar!
De este modo, debía necesariamente llegar al punto donde me había separado del arroyo; a la funesta bifurcación. Una vez en aquel sitio, una vez que tropezase con las aguas del Hans-Bach. bien podía regresar a la cumbre del Sneffels.
¡Cómo no se me había ocurrido esto antes! Había evidentemente una probabilidad de salvación. Lo más apremiante era, pues, volver a encontrar el cauce de las aguas.
Me levanté decidido, y. apoyándome en mi bastón herrado, empecé a subir la pendiente de la galería. que era bastante rápida. Caminaba lleno de esperanza y sin titubear, toda vez que no había otro camino que elegir.
Por espacio de media hora no me detuvo obstáculo alguno. Trataba de reconocer el camino por la forma del túnel, por los picos salientes de las rocas, por la disposición de las fragosidades: pero ninguna señal especial me llamó la atención, y pronto me convencí de que aquella galería no podía conducirme a la bifurcación. Era un callejón sin salida, y, al llegar a su extremidad, tropecé contra un muro impenetrable y caí sobre la roca.
Imposible expresar el espanto, la desesperación que se apoderó de mí entonces. Mi postrer esperanza acababa de estrellarse contra aquella muralla de granito, dejándome anonadado.
Perdido en aquel laberinto cuyas sinuosidades se cruzaban en todos sentidos, era inútil volver a intentar una evasión imposible. ¡Era preciso morir de la más espantosa de las muertes! Y, cosa extraña, pensé que si se encontraba algún día mi cuerpo en estado fósil, su aparición en las entrañas de la tierra, a treinta leguas de su superficie, suscitaría graves cuestiones científicas.
Quise hablar en alta voz, pero sólo enronquecidos acentos salieron de mis labios ardorosos. Jadeaba.
En medio de mis angustias, vino un nuevo terror a apoderarse de mi espíritu. Mi lámpara, en mi caída. habíase estropeado, y no tenía manera de repararla. Su luz palidecía por momentos e iba a faltarme del todo.
Veía debilitarse la corriente luminosa dentro del serpentín del aparato. Una procesión fatídica de sombras movedizas desfiló a lo largo de las obscuras paredes, y no me atreví ni a pestañear, temiendo perder el menor átomo de la fugitiva claridad. Por instantes creía se iba a extinguir y que la oscuridad me circundaba.
Por fin lució en la lámpara un último resplandor. Lo seguí, lo aspiré con la mirada, reconcentré sobre él todo el poder de mis ojos, cual si fuese la última sensación de luz que les fuera dado gozar, y quedé sumergido en las más espantosas tinieblas.
¡Qué grito tan terrible se escapó de mi pecho! Sobre la superficie de la tierra, en las noches más tenebrosas, la luz no abandona jamás sus derechos por completo; se difunde, se sutiliza, pero, por poca que quede, acaba por percibirla la retina. Allí, nada. La oscuridad absoluta hacía de mí un ciego en toda la acepción de la palabra.
Entonces perdí la cabeza. Me levanté con los brazos extendidos hacia delante, buscando a tientas y dando traspiés dolorosos; eché a huir precipitadamente, caminando al azar por aquel intrincado laberinto, descendiendo siempre, corriendo a través de la corteza terrestre como un habitante de las grietas subterráneas, llamando, gritando, aullando, magullado bien pronto por los salientes de las rocas, cayendo y levantándome ensangrentado, procurando beber la sangre que me inundaba el rostro, y esperando siempre que mi cabeza estallase al chocar con cualquier obstáculo imprevisto.
¿Adónde me condujo aquella carrera insensata? No lo he sabido jamás. Al cabo de varias horas, agotado sin duda por completo, me desplomé como una masa inerte a lo largo de la pared, y perdí toda noción de la existencia.
...fin de la transmisión diaria.
Y en todas las oquedades de la cueva sono una canción....
Aint No Mountain High Enough
Nickolas Ashford/Valerie Simpson
Marvin Gaye y Tammi Terrell
Listen, baby
Ain't no mountain high
Ain't no valley low
Ain't no river wide enough, baby
If you need me, call me
No matter where you are
No matter how far,
Dont worry baby
Just call out my name
I'll be there in a hurry
You don't have to worry
Because baby,
There aint no mountain high enough
aint no valley low enough
aint no river wide enough
To keep me from getting to you, babe
Remember the day
I set you free
I told you you could always count on me
From that day on I made a vow
I'll be there when you want me
Some way, some how
'Cause baby,
There ain't no mountain high enough
Ain't no valley low enough
Ain't no river wide enough
To keep me from getting to you, babe
No wind, no rain
Or winters cold
Can't stop me baby (no no baby)
Cause you are my goal
If you are ever in trouble
I'll be there on the double
Just send for me oh baby
My love is alive
Way down in my heart
Although we are miles apart
If you ever need a helping hand
I'll be there on the double
Just as fast as I can
Don't you know that
There ain't no mountain high enough
Ain't no valley low enough
Ain't no river wide enough
To keep me from getting to you babe
Don't you know that
There ain't no mountain high enough
Ain't no valley low enough
Ain't no river wide enough
...fin de la transmisión diaria.
Cuando viene una gran ola, deja una estela de espuma a su paso. Así quedó el espacio cuando Poseidón desapareció. Pero una fuerte corriente arrastraba todo lo que había en las proximidades. Parecía que el avatar del dios había dejado un cráter en el firmamento que todo se tragaba. Era como un agujero negro.
Ups corría a toda velocidad sobre una cuerda brillante que unía dos estrellas, esta se estiraba como una cuerda de guitarra a punto de romperse. Aun así, por más que se agarraba con fuerza usando las dos pinzas de cangrejo gigante, la fuerza del enorme vórtice engulló a los dos amigos.
Se precipitaron por una cascara oscura, en un caer infinito, en esa sensación de desamparo y pérdida de todo control. Rásselas incluso imploró al cielo que detuviese esta caída hacia la nada.
Y así fue, los dos fueron amortiguados por las aguas de una laguna subterránea bajo las profundidades cavernosas de no se sabe que lugar.
Rásselas avanzaba primero, intentaba abrirse camino y su amigo, el cangrejo ermitaño, le seguía bien de cerca sorteando las estalactitas y estalagmitas. Parecía un laberinto, recordándole cuando salió del laberinto del minotauro o el laberinto que circundaba el Pozo de Arán.
Este sin duda era mucho más grande, más oscuro y tenebroso.
Bajaron por una galería y observaron unos prismas de cristal, en el que venía escrito: mañana le pararán el corazón a tu padre durante cuatro horas. Rásselas se quedó estupefacto, sin duda ese mensaje iba destinado a él. No venía destinatario, ni firma, pero él sentía que le querían avisar de algo.
Algo pasaba, lejos, en la tierra, tantos años de eterno viaje y pensar ahora que algo le podría pasar a sus seres queridos. Mañana, sin duda, la sangre también le dejará de circular a nuestro amigo, sentirá frío y se volverá pálido durante ese periodo de tiempo. Porque sin duda uno no es poseedor de su corazón. El corazón le pertenece a las personas a las que se ama.
Pensó que si él tuviera corazón, si Sagitario no se lo hubiese destrozado, si al menos conservase el corazón de almendra que le puso la anciana del bosque próximo al pico Kirigüí estaría dispuesto a compartirlo para que ese texto no tuviese significado.
Penosamente continuaron atravesando galerías sinuosas y estrechas, otras eran enormes como la bóveda de una catedral.
Rásselas se asfixiaba con tanta oscuridad, caminaba tanteando, no sabía donde poner los pies no las manos, no sabía la dirección correcta. Así no avanzaría mucho.
Los días pasaban y tenía la sensación de hundirse más y más en lo profundo, en las capas metamórficas de un planeta sin nombre, o en la misma profundidad epidérmica de esta realidad mal llamada universo.
Sin duda, en este lugar es un buen sitio para sufrir una metamorfosis, pensó y al poner la mano sobre una enorme roca lisa notó que había un texto. Era una letra de una canción.
Y recordó a su burbuja, que estaba lejos, muy lejos. Y quiso salir de esa incertidumbre laberíntica. Si tan solo oyera su nombre, tal vez tuviera suficientes fuerzas para cavar hacia arriba, romper las capas del mundo con sus propias manos y dientes y salir a al exterior para buscarla.
Pero siente que las fuerzas le abandonan. Se acurrucó entre las patas y la caracola de su amigo el cangrejo y se dejó llevar por los sutiles brazos de la fatiga.
Y en sus sueños, soñó el soñador errante con una canción...
Rabo de nube
Silvio Rodríguez
Si me dijeran pide un deseo,
preferiría un rabo de nube,
un torbellino en el suelo
y una gran ira que sube.
Un barredor de tristezas,
un aguacero en venganza
que cuando escampe parezca
nuestra esperanza.
Si me dijeran pide un deseo,
preferiría un rabo de nube,
que se llevara lo feo
y nos dejara el querube.
Un barredor de tristezas,
un aguacero en venganza
que cuando escampe parezca
nuestra esperanza.
1978
Me gustaría que escampe y pronto aparezca nuestra esperanza.
¿Te apetece?
fin de la transmisión diaria.