Exhausto pasó toda la noche agarrado a esa enorme roca. El viento desapareció súbitamente con los primeros rayos de sol dejando una mar tranquila y brillante como un puzzle de estrellas.
Rásselas se quedó dormido hasta que fue despertado por los graznidos de una gaviota.
¿Qué pasó? ¿Dónde estaba? No tardó en recordad todo lo acontecido con el titán, el hundimiento de la Nave de los Sueños y la aparición del Hada del almendro. Sentado en la gran roca contemplaba el horizonte. No sabía como continuar su periplo, lo había perdido todo.
Pero sorprendentemente, no le había abandonado la ilusión, quería continuar fuera como fuese, tenía que hacer algo.
El cántico, muy parecido al de las ballenas, se acompañaba aun, así fue durante toda la tormenta. Ahora lo escuchaba más cercano que nunca, y ya no procedía del fondo del mar, sino de allí mismo, de la superficie. Subió a lo alto de la roca que tenía forma de cono achatado de unos veinticinco metros de diámetro y oteó el horizonte.
No veía nada. Y de pronto la sorpresa. Cerca de uno de los bordes de la roca salieron unas perlitas de color negro y unas antenas rojas. Toda la impensa roca se estremeció elevándose sobre la superficie marina dejando ver de qué se trataba.
Estaba sobre la caracola de un gigantesco cangrejo ermitaño que cantaba para él.
Rásselas abrió los ojos dando un salto.
-¡Ups has crecido y me has rescatado!
Pese a todo el dolor provocado por le titán envidado por Poseidón, este feliz encuentro llenó de alegría a nuestro amigo.
...fin de la transmisión diaria.
Vaya! Qué bien, vuelven los cangrejos.
Jo, gracias por el comentario! De verdá, sielos!
Por eso esta mañana te decía que anoche me acosté tarde, haciendo el tonto. Le dí mil vueltas a todo, menos al título.
Ay, libre de ataduras, eso estaría bien.
Nada, cuando quieras visita uno de estos campos y nos vemos, que yo me escondo dentro de un almendro.
Posted by: Malak on 6 de Marzo 2007 a las 10:07 PM