Han pasado muchos días ya.
Me siento descolocado, ni bien ni mal, simplemente vacío. Es como la sequedad en la boca, pero en el alma.
Estoy ávido de aventura y esta aun se encuentra distante en el tiempo.
Las velas de la Nave de los Sueños están completamente desplegadas como barrigas blancas hinchadas por el viento. Mi rumbo hace tiempo que no es el sur, me limito a circundar el ecuador de este infinito mar que es el planeta de Arán. Tal vez sea esta isla la única porción de tierra en toda su superficie.
Hace calor y humedad, ando descalzo por la cubierta y solo llevo un pantalón blanco de lino. No soporto el peso ni la presión de correos o gomas. Necesito sentirme libre, aunque sea físicamente.
Ayer, mientras colgaba las piernas por la proa, las olas mojaban mis pies. La refrescante sensación me hizo recordad un pasaje de mi pasado más reciente en el verano, paseando por la noche a la orilla de la playa indagando las emociones de otra persona, escrutando mis propios sentimientos.
¿Y si fuera que rozara la esperanza con un velo de antaño entre mis dedos?
¿Si esa nube de acuarela diluida en rojo devolviera a mi alma la emoción como un terremoto, como un pálpito en auxilio? Notar por fin esos besos de gaseosa que me dabas en la mañana antes de despertar, cuando me secuestrabas de entre mis sueños para llevarme a tu sedoso regazo.
Echo de menos la sensación aterciopelada de tus caricias matinales. Cuando de lado en la cama, apoyabas tu cabeza en una mano y con la otra deslizabas tus dedos sobre mi cadera y cintura ascendiendo por las anatómicas latitudes hasta alcanzar mi cuello con un mortal beso.
Mientras yo dormía.
Y el despertar contigo, era ingresar en el paraíso.
...fin de la transmisión diaria.
Quizás es más bonita aún la historia entera -en otros sitios sólo pusiste una parte-. He imaginado la escena, toda cubierta de una luz anaranjada, como la de las últimas fotos. Mirando a un horizonte sin fín.
Nunca se sabe a qué distancia están las cosas con certeza, sin un buen mapa ni astrolabio... Prefiero no darle distancias a mis sueños, los que pululan en mi fuero interno.
Besos y abraços
PD: ¡Tengo un nuevo libro que igual te gusta! Está ambientado en la Granada mora, más o menos en el 1392. "El perfume de Bergamota", creo que te lo comenté ayer que quería comprarlo, ¡mañana lo tendré!
Posted by: Malak on 15 de Febrero 2007 a las 03:20 PM