1 de Febrero 2007

EL nacimiento de una estrella.

La flor cobró vida, ¡se movía!
Evolucionaba a una velocidad sorprendente, se hinchó como un globo provocando un sonido de aire a presión, de pronto de su interior salió algo diminuto, como una espora casi microscópica. A alcanzar unos centímetros de altura esta brilló como un sol infinitesimal de prodigiosa luz. En un segundo, el puntito de luz, salió disparado hacia el cielo. Había nacido una estrella, un deseo.
Los pétalos de la flor, quedaron secos como la envolvente de una crisálida y cayeron a al hielo. Este al contacto con tal delicada forma, crujió como un cristal secamente golpeado. Nació entonces una grieta que iba creciendo y creciendo. Parecía un terremoto de proporciones colosales y Rásselas no podía hacer nada, apenas podía moverse, cuando se precipitó por la gran brecha hasta el mar.

Bajo la superficie marina pudo observar como la plaza de hielo se había fragmentado en miles de trozos formando un puzzle de imposible solución. Él caía y caía hasta las profundidades cavernosas del océano polar.

Pronto la oscuridad le envolvió, la presión prensaba sus tímpanos y ojos y el frío dejaba rígidos sus miembros. Era un plomo inerte sin capacidad para poder hacer algo para sobrevivir.

Era curioso, hacia un momento estaba cegado por un blanco puro en todas direcciones, ahora lo estaba por la más absoluta tiniebla.

Fue entonces cuando ocurrió un fenómeno físico curioso… El frío había penetrado también en las baterías de la baliza de seguimiento. Esto provocó que la resistencia interna de estas bajase dejando una aparente carga remanente… la justa para lanzar una señal de emergencia a la Nave de los Sueños.

Lejos de allí, la Nave de los Sueños se liberó de su prisión de hielo al fragmentarse toda la planicie boreal. En ese mismo instante, su antena captó una débil señal: SOS, Longitud y Latitud… suficiente para poner todos los motores en marcha a máxima potencia.

Rásselas abandonado ya a su suerte se dejó seducir por la mar y dejó que esta le besase en la boca entrando en él… sus pulmones, dada la tremenda presión que soportaron, no tardaron ni un segundo en colapsarse. No pudo articular grito alguno, una burbuja de aire solitaria subía veloz a la superficie.

Era su alma que buscaba el cielo.


…fin de la transmisión diaria.

Posted by eolovano at 1 de Febrero 2007 a las 01:01 AM
Comments

Deberías escribir un libro con estas historias. Me encanta, me imagino a rásselas en el fondo del océano, lo que le ha pasado con la flor y la burbuja ascendiendo hasta el cielo... conozco la sensación de querer gritar sin poder hacerlo y la presión de tener tantas cosas alrededor que te hacen no soportar más. En serio, eres magnífico.

¡Coña! ¡Que te compraría el libro! ¡Sigue escribiendo!

Abraços :)

Posted by: Malak on 1 de Febrero 2007 a las 11:10 PM

:-O

Muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuchas gracias!!

Ay! aun no me veo capaz, es más esto... estre muchas cosas, es una manera de obligarme a escribir... Sí algún día...algún día.

Ay! gracias!

Muac!

Posted by: rásselas on 2 de Febrero 2007 a las 08:44 AM

era el alma que buscaba el cielo...hermoso final para tan hermosa historia
dejo suaves caricias

Posted by: SUAVES CARICIAS on 2 de Febrero 2007 a las 05:55 PM

No te preocupes rásselas, el mar da vida... no te la quita.

Un beso!

S.

P.D. ´Rásselas tiene tarea en mi blog...

Posted by: Sarah on 2 de Febrero 2007 a las 07:19 PM

a SUAVES CARICIAS muchísimas gracias. Esa tarde necesitaba gritar y se me ahogó el grito en la garganta.


a Sarah eso mismo pienso yo, espero que así sea.

Ummmm no puedo esperar iré a mirar.

Posted by: rásselas on 4 de Febrero 2007 a las 11:26 PM
Post a comment