Habían ganado, los seres de piedra por fin habían sido liberados de su cautiverio, de su letargo.
Las huestes malignas salieron despavoridas y no volvieron jamás por esos lugares. Todos abrazaron a Rásselas y lo auparon a sus hombros gritaron vítores de alegría. Se proclamó una gran fiesta en la playa.
Pero nuestro amigo no participaba con el alma en ella. Casi nadie se dio cuenta, pero el Capitán de los Sueños, dejó la multitud, la playa y se aproximó a unas rocas marinas que surgieron con la bajamar.
-¿Qué haces?-. Le dijo Stonher tras su espalda- ¿vas a deshacerte de la espada legedaria?
-Sí, la Espada de Plata no me corresponde a mi portarla. Yo no lucho con armas, sino con la palabra. Con el sentimiento. Que la mar se lleve su afilada hoja para que el día que nazca el rey de los Roquen pueda regresar con la marea en una playa. Será entonces cuando brillará nuevamente sus destellos de plata.
Stonger, acompañados de dos duendes de arena, se le quedó mirando esbozando una sonrisa.- Muchas gracias Rásselas, sacrificas tu gloria por el bien de unos amigos, eres y serás muy afortunado.
-No se si llegaré lejos en mis aventuras, llevo muchos años viajando por todos los rincones del universo buscando a Cómica, mi ilusión como una pompa de jabón, pero siento que el cosmos es tan grande que yo no soy más que una mota de polvo en la nada. Siento que el frío me invade, entra por mis venas cada noche, con sueños intranquilos. El otoño ha penetrado hasta en mi tuétano.- Se sentó en la roca mirando a las criaturas- Tengo frío, miedo. Mi corazón de almendra esta lejos, muy lejos de aquí, de mi, de mi pecho ahora vacío. Se lo llevó una mariposa y no volverá. Ya no tengo corazón, ya no puedo sentir lo que sentía. ¿Cómo puedo continuar este eterno viaje de sueños e ilusiones, si no puedo sentir lo que sentí?
Un duende de arena se acercó hasta su rodilla.- Yo no te puedo dar un corazón, el mío es pequeño y no te serviría. Por favor, continúa tu viaje, no dejes de luchar. Toma.- arrancó un botón de su chaleco de lana- te doy un botón para que te lo pongas en el pecho y puedas cerrar la herida que las Fórcidas hicieron en él.
-Sí toma otro botón mío, el tajo es enorme, seguro que te vendrá bien.- El otro duende de regaló otro botón.
-Amigos míos, muchas gracias por vuestra ayuda, por vuestro entusiasmo. Sí seguiré buscando. Dejaré que mis emociones vuelen por las mareas estelares viajando por el universo y estoy seguro, estoy seguro que algún día llegaré a una pequeña cala donde encuentre el beso necesario para hacer nacer un corazón en mi vacío pecho.
Se puso en pié y comenzó a andar hacia la playa.
-¿Y la espada?- dijo Stonher
-La mar sabrá que hacer con ella, déjala.
Y allí se quedó esperando la pleamar.
fin de la transmisión diaria.
Posted by eolovano at 8 de Noviembre 2006 a las 04:51 PM¡¡Hola Rasselas!!
Perdona por la tardanza. Hace días que no paso por aquí,debido a que apenas me queda tiempo libre entre las clases y las prácticas, pero he sacado un poquito de tiempo para dejarte un pequeño comentario.
Escribí un segundo cuento acerca de una historia que me pasó esta semana. Más bien es un mini cuento jejeje.
Pásate por alli a ver que te parece. Muchos besinos Rasselas.
Posted by: xanina astur on 8 de Noviembre 2006 a las 11:38 PM