Historias Logarítmicas

Cuestión de equilibrio.

Cuanta dificultad en cada paso. Imaginaos subiendo por una montaña con todo el suelo tapizado de matas con pinchos afilados y para más INRI cobre zancos.

Todo era cuestión de equilibrio y esta habilidad es muy fluctuante, inestable. A cada paso, nuestro amigo tenía que hacer malabarismos para mantenerse en pié. Esto hacía que avanzase muy despacio por la ladera, el valle, ya muy abajo solo era una brecha más entre miles de cortes que presentaba la montaña en todo su alrededor.

No se rendía, sufría con cada metro dejado a tras, el cristal de su escafandra se empañaba por el vaho provocado por su fuerte respiración y por la sudor. Pero él continuaba.

Sus piernas artificiales estaban hechas de madera, esos zancos habían nadado muchos kilómetros rozándole todas las zarzas, pinchos y rocas hasta dejar los dos listones finos como dos cerillas.
Cuando nuestro amigo llegó hasta una pared de roca, alzó los brazos para apoyarse en ella, fue al echar el cuerpo hacia adelante, cuando uno de esos zancos se partió.
Rásselas intentó asirse a la pared de granito rojizo, pero no pudo llegar a tiempo, recibiendo un fuerte impacto en el cristal del casco.
Su cuerpo siguió rodando y rodando cuesta a bajo arañándose con las afiladas uñas del suelo, las piedras, aplastadas por fuerzas telúricas, eran cuchillas, serruchos de desgarradores dientes.
Era como sentir miles de puñetazos por todas partes y mordiscos de pirañas, francamente horrible.

Por fin, el Capitán de los Sueños paró en lo más profundo del valle. La noche poco a poco se cernía y el viento había dejado se soplar.

Ahora solo se escuchaba el silencio.

…fin de la transmisión diaria.

Posted by eolovano at 11 de Octubre 2006 a las 06:24 PM