27 de Julio 2006

En la superfície.

Avanzando de rodillas por un sinuoso pasillo húmedo resbaladizo solo podía pensar en salir cuando antes de aquel siniestro lugar. La luz aumentaba paulatinamente, no parecía provenir de una salida determinada, venía de todos los lados. Azul, azul intenso, brillante.

Al poco tiempo, los vapores y el calor fueron sustituidos por el agua cristalina y fresca, revitalizante. Nadaba en el fondo del mar hacia la luminosa superficie acompañado de bancos de peces exóticos, de tortugas milenarias y simpáticos delfines.

Por fin, emergí y tomando una gran bocanada de aire grité como lo pudo hacer el Conde de Montecristi al liberarse de su presidio.

La felicidad me embargó, había sobrevivido al infierno, o mejor dicho, a su ante sala.

Ahora me quedaban muchas rutas por explorar en este maravilloso jardín de Hesperia.

…fin de la transmisión diaria.

Posted by eolovano at 27 de Julio 2006 a las 06:17 PM
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