26 de Julio 2006

Hacia la liberación.

Tal vez caería en un desmayo o en un sopor perfecto. Pero apenas recuerdo el tiempo que pasé en ese estado rumiando recuerdos, sensaciones, emociones… Regodeándome una y otra vez en pequeños destellos en la sonrisas de una tarde, de una noche, de una simple cogida de manos, un roce en el torso, una mirada de complicidad, un entendimiento en la risa...

A veces la vida sorprende por la espalda, sin saber el motivo y el por qué, nos aturde y nos deja en un estado catatónico.

Supongo que lo mejor es dejarse llevar y experimentarla, porque la vida esta para eso, para vivirla, para sentirla. Pude dar miedo, por la sorpresa, por la novedad y el desconocimiento, así como la falta de experiencia… pero dejándose llevar como una hoja en la corriente de un río, seguro que la situación conducirá a un buen recodo, a un remando o a una cascada.

Todo este tiempo regurgitando, realimentando mis emociones, mi desasosiego, la sorpresa del momento revivida una y otra vez.

Parpadeé y salí de la hipnosis. Estaba acostado en el suelo con la cabeza hacia un lado, miraba el pequeño agujerito que dejo el bicho del grano del café.
No se por qué, pero deslicé mi mano y con la una comencé a arañar la pared próxima a esa pequeña oquedad de luz. Pronto, la pared de piedra empezó a arañarse como lo haría un cristal pintado de color. Los arañazos cada vez se hacían más y más profundos. De rodillas, continué cada vez más fuertes y ya parecía que le quitaba la piel de huevo duro a los muros que me encerraban.

Trozos de piedra, arena de desprendían, ya podía coger bloques enteros y desplazarlos, la luz era azul y preciosa.

Por fin, un pasillo abierto me conduciría hacia la libertad del infierno.


...fin de la transmisión diaria.

Posted by eolovano at 26 de Julio 2006 a las 06:28 PM
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