23 de Mayo 2006

En la quietud.

Los días pasan en el interior de la nave. Se hace extraño compartirla, pese a que apenas coincidimos en los pasillos. Nunca está, ni tan siquiera a la hora de cenar.
Pero el caso es que se que se encuentra en algún rincón, en algún lugar de las bodegas o tal vez de los camarotes superiores. Sí esos que jamás he abierto. La verdad que nunca me ha hecho falta y le dije que utilizase el que más le gustara.

Hace unas horas que ando preocupado por un objeto veloz que se aproxima. No puedo saber su masa, ni su diámetro. Solo se que avanza con extraordinaria progresión. Su aceleración es constante, en base a phi, y su velocidad aumenta exponencialmente.

Pese a su distancia, creo que no tardaré mucho en entablar contacto visual con tal tremendo objeto.

La soledad, e incluso a veces, la quietud de este universo desespera. Estoy acostumbrado al movimiento, al balanceo de las olas, de las mareas que hacen subir nuestra moral a lo largo de la semana.

Pero este alto en el camino, esta discontinuidad en la aventura, me desasosiega un poco.

Tengo planes, ideas, sueños, pero aun faltan unos peses para comenzar con ellos, no puedo precipitarme. Lo primero es lo primero, alcanzar el Pozo de Arán y pedir un deseo.

Después todo llegará.

…fin de la transmisión diaria.

Posted by eolovano at 23 de Mayo 2006 a las 06:10 PM
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