19 de Abril 2006

Pequeño Bombata.

El caso es que cada ves se parecía más y más a un oso. Ya no solo en su actitud, imitándolos genialmente, sino en su forma.
Comenzó a crecerle el pelo, un pelo marrón oscuro, brillante y espeso, por todo el cuerpo. Los ojos se le oscurecieron, al igual que la nariz. Se le alargó hasta convertirse en un gracioso hocico.
Las uñas se le afilaron y dejó de hablar como las personas. Ahora gruñía, olfateaba, gemía y gritaba. Era un oso.

Su anciana madre, desesperada por no ver a si hijo desde hacia meses, corrió en auxilio pidiéndole a su venerada Selene que le ayudase.

Y sí lo hizo, pero de su ayuda surgió un pacto.
Durante el día, su hijo adoraría a la tierra y se llamaría Buba, la caer la noche… adoraría a la Luna y sería siempre el pequeño Bombata.


…fin de la transmisión diaria.

Posted by eolovano at 19 de Abril 2006 a las 06:06 PM
Comments

pobre niño oso, pero lamentablemente ese era su destino.

saludos

Posted by: novivo on 22 de Abril 2006 a las 07:19 AM

Ciertamente estaba atado a su destino.

Posted by: rásselas on 24 de Abril 2006 a las 02:51 PM
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