Me he despertado tembloroso esta noche, palpé mi frente humedecida, y me asusté aun más al comprobar que no estaba mojada por el sudor, sino por sangre fresca.
Salté rápidamente y tambaleándome llegué hasta el cuarto de baño, allí me quedé horrorizado mirándome al espejo. Una flecha estaba profundamente clavada en mi pecho, una flecha de bronce resplandeciente.
No podía apartar la vista de esa pesadilla que había taladrado mi piel, mis tejidos, mis órganos. Tampoco me atrevía a tocarla, no quería aumentar el daño que me podría estar provocando.
Siempre supuse que una herida así provocaría un gran daño y dolor, también pensaba que sangraría en abundancia, pero nada más alejado de la realidad. Apenas unas líneas deslizantes de sangre por mi pecho, apenas una molestia.
Tal vez, al contar con un corazón de madera, este hubiese atenuado todos los efectos.
Perfectamente despabilado, me fui a la sala sanitaria de la nave para hacerme un scanner en profundidad, tenía que saber lo que estaba sucediendo.
Los resultados fueron contundentes, efectivamente era una flecha, clavada en mi corazón de madera. Por lo que pude descubrir en la computadora central. Es uno de los dardos de sagitario, al quien impacta se ve capturado de por vida. Es un ancla que impide el movimiento y roba la vida, porque ya no le pertenece a uno.
Mi única posibilidad es buscar una curadora, una amante de Selene que me salve, si no, mis días están contados.
fin de la transmisión diaria.
Posted by eolovano at 17 de Marzo 2006 a las 02:43 PM