Miles de ballenitas torpes como los pequeños galápagos recién eclosionados nadaban con ilusión tras la Nave de los Sueños disfrazada de un gran cetáceo.
Rásselas apenas tenía tiempo para descansar, tenía que hacer miles de tareas, no solo las típicas tareas de mantenimiento de la nave, que es su trabajo habitual, sino que tenía que atender a tan inmensa prole.
Como la nebulosa más cercana estaba muy distante, y no podían comer de las Montañas de la Creación, tuvo que ingeniársela otra vez. Cogió una cucharilla de café y una gran porción del combustible de la nave. Como sabéis, es el combustible capaz de mover cualquier cosa, ni el mismísimo uranio irradia tanto calor, la ternura mueve los motores de ilusión de la Nave de los Sueños.
Pues con esa cucharilla daba de comer a todas las ballenitas, estas se acercaban a él sin miedo y por lo entusiasmadas que se encontraban después daba sensación que esta alimentación les agradaba.
La nebulosa la Laguna esta lejos, y el viaje será emocionante.
fin de la transmisión diaria.
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Posted by: Peter Jones on 27 de Marzo 2006 a las 09:46 AM