4 de Febrero 2006

Adiós ballena.

Corrió, corrió y corrió como una estrella fugaz en el cielo. Era imposible imaginar que hace tan solo unos minutos había recibido un golpe tremendo y perdido la consciencia. Pero era tal el deseo de revivir a su amiga la ballena que no le importaba el dolor que sentía en el costado y en la cabeza.

Al llegar a la parte mas baja, a un hermoso valle donde se iniciaba el ascenso a las montañas, donde se encontraba la Nave de los Sueños… Vio allí al gran cetáceo agonizante.

-¡No te me vayas amiga miga! ¡No te vayas ahora!¡Ahora no…!- Se abrazó a ella llorando desconsoladamente. Las lágrimas se salían del propio pecho, suspiros, nudos en la garganta, el corazón dolorosamente acelerado.

Hasta que llegó el nefasto final. El enorme animal, sin fuerzas para hablar, miró a su amigo. Hubo un entendimiento mutuo, no hicieron falta las palabras. Cuando lo amigos se conocen lo suficiente, cuando han vivido grandes aventuras juntos, la palabra se queda pequeña, las miradas, los gestos toman protagonismo y se crea un nuevo lenguaje. Y con cada amigo es distinto, es ahí una faceta hermosa de este tipo de relación, humana.

Ya solo era cuerpo, su amiga se había ido. Pero una luz, un brillo nació en la cúspide más alta de las Montañas de la Creación.
Se había cerrado el círculo, un despedía y una preparación para una nueva llegada.

Pero aun el valle de las montañas sagradas guardaba una sorpresa mucho mayor para Rásselas.

…fin de la transmisión diaria.

Posted by eolovano at 4 de Febrero 2006 a las 09:42 PM
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