He visto la luz, hace tiempo Venus se apagó, he visto morir una estrella en el cielo de Orión, no hay señal, no hay señal de vida humana y yo . Retomo otra vez el viaje interespacial. En estos últimos meses he visitado varios planetas y he vivido grandes aventuras en ellos: encontré, pero se me escapó, mi ilusión como una pompa de jabón, estuve con los recuerdos luchando contra el destructor olvido y he estado con los piratas descubriendo lo apasionados que son.
Pero después de todo ello, vuelvo a navegar en las profundidades más oscuras del cosmos. La soledad me envuelve, el silencio me amenaza constantemente.
Realizo todas las tareas de mantenimiento de La Nave de los Sueños, bien temprano, sobrándome mucho tiempo para mí. Así que procuro leer en la cubierta y contemplar el paisaje, todo un tesoro para un astrónomo.
A veces pienso que soy demasiado afortunado y que no aprovecho todo aquello que me rodea. Quien debería viajar en este galeón de sueños, debería ser un poeta o un pintor, tanta belleza solo me causa daño. Daño porque la reflexiono, porque procuro entenderla, interpretarla
cuando solo debería dedicarme a contemplar y disfrutar, dejar que las sensaciones que provoca surjan por si solas sin necesidad de extraerlas artificialmente.
Tal vez sea tan sencillo, que precisamente por esa sencillez, acaba complicándose.
Estoy entre dos brazos de esta galaxia, una zona de baja densidad estelar, apenas puedo ver al fondo una aureola blancuzca de la honda de choque en una nebulosa, pronto nacerán estrellas allí.
Cómo me gustaría que las emociones, que las ilusiones naciesen en mi interior de los despojos de una supernova anterior. Que de las cenizas naciese otra vez un árbol que de jugosos frutos.
Tal vez, por hoy esté pensando demasiado, así que volveré a mirar al cielo de noche y me limitaré a disfrutar de él.
fin de la transmisión diaria.
Posted by eolovano at 5 de Enero 2006 a las 10:24 PM