Se estaban aproximando a la periferia del cinturón de asteroides, cuando Rásselas contempló una maravillosa puesta de sol sobre la superficie de un planetoide. Se puso su escafandra y cogió su cámara digital.
Avanzó rápidamente por su superficie subiendo al pico más alto. A su paso, dejaba tras de sí los últimos destellos del día. Nuestro amigo corría y corría para que el sol en la cúspide no se le escapase. Por fin llegó.
Colocó su trípode, la cámara sobre ella y disparó miles de fotos. Captar el último instante del día, el último suspiro del sol.
Se paró un momento, dejó que su mente volase, recordase aquel verano del 2004, aquella primavera del 2005.
Si necesitaba respuestas, si necesitaba información para hallar su ilusión como una pompa de jabón, dado que no encontró la piedra Roseta
estaba claro que debía ir las Montañas de la Creación.
Allí, buscaría a los sabios escondidos tras sus estrellas.
fin de la transmisión diaria.
Saludos!!! Cada día me sorprenden más tus post...
Suerte en el 2006