29 de Octubre 2005

El despertar de un recuerdo.

Pero este contaba con un escudo de protección que impedía que los rayos impactasen en su casco. Nada podían hacer los habitantes del Planeta Recuerdo, nada podía hacer el polen de las Flores de la Memoria. La destrucción sería total, no quedaría vestigio alguno de esa civilización.

Pronto aparecieron nuevamente las luces rojas, esas esferas de energía que bombardeaban sin cesar las cabezas de esas bellas criaturas. Pronto salieron corriendo en busca de los refugios.
Llegaron una vez más a la casa bajo la raíz del abeto, cada impacto, cada explosión caía arena del techo, todos se abrazaban.
Las horas pasaban y el ruido se iba alejando, pero la humareda seguía persistiendo como un gas letal que todo lo quemaba.
Se abrió una puertecita de madera de golpe y entraron varios porteando a una joven criatura de uno más de siete meses, estaba muerta, la depositaron en el suelo y todos sollozaron a su alrededor.
Rásselas se levantó furioso, se agarró a los barrotes de la pequeña ventanilla y gritó.
Fue un grito de desesperación, de incomprensión, frustración, desánimo… y derrota.
“Tuchini” una vocecita pronunció tras el, al girarse pudo ver como la hermosa criatura se incorporaba y alzaba el brazo hacia él.
Rásselas corrió hacia ella y la abrazó llorando, al cogerse de las manos y mirarse a los ojos, la consola que llevaba nuestro amigo en el antebrazo revivió y se puso a lanzar luces y sonidos electrónicos.
La pantalla brillaba con una luz cegadora, en ella apareció la siguiente señal “Enlace con la computadora central establecido, esperando comando de acción… inserte ahora”
Al revivir un hermoso recuerdo, pudo dar a muestro amigo la energía necesaria para que su consola sortease todas las trabas del sistema de seguridad del Destructor Olvido.
Ahora Rásselas tenía un plan, el plan caballo de trolla.

…fin de la transmisión diaria.

Posted by eolovano at 29 de Octubre 2005 a las 09:34 PM
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