20 de Septiembre 2005

La ilusión.

La aceleración hizo que las paredes del estómago se aplastasen, casi le provoca el vómito. Giró el también la proa de la nave hasta llegar a la parte inferior del casco. De punta a punta podía ver todo el galeón espacial, pero su vista le engañaba allí no había nada. Pero el scanner continuaba diciéndole lo contrario. Apretó otra vez más el puño acelerador y salió catapultado hacia la popa. Prefirió no mirar hacia donde se dirigía, miraba la pantallita de su computadora del brazo, así podría mantener al ente localizado.

Este dio un giro de noventa grados y se alejó del casco, Rásselas no permitiría que huyera. La mochila echaba chispas de la velocidad a la que iba. Al mirar los mandos se dio cuenta de algo. Se estaba alejando demasiado de la nave y no le quedaría combustible suficiente de seguir así.
Quería resistirse a la realidad, pero todo indicaba, que aquello que le había despertado de su sueño, aquello que pensaba, que existía pero que no tenia forma ni color, se acabaría escapando.

Se vio obligado a dar la vuelta. Por fin llegó otra vez a la reclusa para entrar en el interior de la nave cuando justo cuando se quedó sin combustible, en ese momento observó que aquello permanecía estático a unos 252 metros de allí.

Fue un gesto instintivo, probablemente tonto, inconsciente, temerario… Sacó una cuerda finísima como un cabello, resistente como el acero y liviana como la tela de una araña. Ató el mosquetón en el casco y saltó al infinito sin mochila.

Conforme se alejaba de su vehículo, con la cuerda como cordón umbilical que le unía a la vida y al retorno a ella, vio como el ente estaba allí, esperando. Tal vez precisamente a esa decisión, por eso se dejaba atrapar.

Quedaban unos metros: tres, dos, uno…
La cuerda se acabó, no llega, estiró los brazos hacia la oscuridad del espacio, salpicado por un crisol de estrellas, miles de millones de puntos brillantes, nubes de colores, todo el universo contenido entres sus brazos… pero…
Fue en ese instante, en ese preciso momento al sentirse minúsculo, débil, vulnerable… cuando pudo ver de que se trataba… aquello que le había levantado del sueño era su ilusión como una pompa de jabón. Allí estaba la perfecta esfera a unos pocos milímetros de sus dedos.

-¿Por qué?-Dijo Rásselas con tono derrotado y quebrantado.

En la superficie cristalina de su ilusión como una pompa de jabón apareció un reflejo, una imagen… era Murcia-murcindäe.

Y la ilusión siguió su curso hacia la estrellas esperando a que Rásselas algún día sea capaz de tocarla sin hacerla explotar.

…fin de la transmisión diaria.

Posted by eolovano at 20 de Septiembre 2005 a las 05:44 PM
Comments

En esta sociedad las personas prefieren no ilusionarse para no frustarse si no lo consiguen,pero yo creo que sin ilusiones no se puede vivir la vida con intensidad,porque la espera se hace amarga y desesperada a veces,pero la recompensa puede ser tan dulce...

Posted by: inmica on 21 de Septiembre 2005 a las 01:27 PM
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