Cuando desperté los rayos de un sol enorme y brillante entraron por la escotilla de mi camarote. La Nebulosa del Tedio se había quedado atrás.
Pero ahora chocaba con la realidad, con la pregunta de hacia donde encaminar mi galeón de los sueños.
La burbuja que dejé escapar entre mis dedos, aquella ilusión delicada y cristalina
debería estar por alguna parte.
Subí al puente de mando y observé los paneles, todo estaba correcto, ya había llegado a la estación orbital del Planeta de Ilicitania.
Conmigo, muchas expectativas, muchos, planes
pero espero que la experiencia que he ido acumulando al paso de los años en este eterno viaje
me sirva de algo.
fin de la transmisión diaria.