Esta noche quiero decir adiós a la nebulosa del Tedio. Salí a la cubierta de la Nave de los Sueños y miré alrededor
todo brillaba con una luz opalina y mágica, una lechosa luz lo cubría todo. No me permitía ver la distancia, el camino
ni a mi, ni a la Gran Computadora de abordo
Me tenido miedo y no sabía cómo actuar. Las nebulosas son así, como la niebla en el mar Báltico.
No quiero hacer grandes hazañas para esta noche, no
para esta noche solo recordaré recuerdos aun no vividos que ocurren en mis fantasías de futuro.
Me agarro por la cintura a mi mismo, y tiro con fuerza. Los botones estallan lanzados en todas las ingrávidas direcciones. Mi pecho al descubierto, sin corazas que lo protejan.
Noto como mi corazón se acelera, quiere salir igualmente volando en busca de mi ilusión esa burbuja de amor que perdí, y no la encuentro, pero la presiento.
Esta noche, solo me iré a dormir, sabiendo que para mañana, cuando despierte
la nebulosa ya estará lejos y un infinito cosmos de galaxias y planetas estarán a mi disposición para explorar.
Un universo de sensaciones, de emociones.
Antes de dormir, programo el reproductor y con esta música me quedo mirando por la escotilla el insondable misterio que es el espacio, el tiempo, los volúmenes y las formas, los colores y las geografías que un día palpé y que en un futuro exploraré como un colono en nuevo mundo. describiendo mapas en cada montaña, en cada valle, en cada bosque. Trazaré con mi dedo en ese fino, terso, dérmico papiro la ruta que llegue hasta un corazón.
Fin de la transmisión diaria.