Rásselas corría por la orilla del lago dirección al mar, dando grandes zancadas, saltos, vueltas y piruetas intentando atrapar las bombas de jabón.
Pero como era de prever, cada vez que tocaba una, esta explotaba. Su superficie era gélida como los hielos imperecederos del Ártico, al reventar, esparcía miles de gotitas minúsculas y frías dando la sensación de clavarse agujas en la carne. Era doloroso, muy doloroso.
Le faltaba el aire y las fuerzas le abandonaban por que llevaba mucho tiempo intentando cazar su burbuja, su ilusión. Paró por un momento apoyando sus manos en las rodillas y mirando al suelo mientras intentaba recobrar el aliento.
Fue entonces cuando en esa nube de pompas, una de ellas le rozó la mejilla. No explotó y la sensación del roce fue cálida, tierna. Instantáneamente, como si surgiera una voz interior pensó esa debe ser mi ilusión.
Saltó otra vez fijando la vista en esa singular esfera cristalina, para no confundirla con el resto. Podría ser cualquier burbuja, como miles de burbujas habían volando, pero para Rásselas era la única que le interesaba, la única que le preocupaba, la única por la que perdería todo el aliento.
Corrió, corrió tanto que se le soltaron las botas y tuvo que ir descalzo. Rozaba la pompa, era sólida y estaba caliente. Lo notaba al aproximarse a ella.
Mientras corría, pudo notar que el resto de burbujas ya no se acercaban a él, que ya no explotaban más. Ahora estaban ellos dos solo.
Por fin con un gran impulso se alzó unos metros sobre el suelo y tubo la esfera entre sus manos, pero al caer esta salió volando. Intentó recogerla, pero el estruendo de la cascada que aun salía por la grieta en la playa le advirtió que estaba en el borde del precipicio.
Se quedó allí parado, en el filo de un cortado de granito y el mar de fondo, viendo como su ilusión volaba más y más alto, sobrepasando el cielo.
-La he perdido- Se dijo para sí.
-Tu digites que no era el objetivo sino el camino.- Dijo la seta a su espalda- Continúa tu eterno viaje de sueños e ilusiones, verás como la encuentras.
-Seguro que sí.
Rásselas se despidió de la seta y se encaminó hacia la Nave de los Sueños, con la extraña sensación de que tal vez él también sea una burbuja
fin de la transmisión diaria.
Te sigo leyendo... :) Y como siempre muchísimas gracias por escribirme. Me encantan las pompas de jabón, todavía tengo un cacharro de esos que se les ponen agua y jabón, soplas y salen mil burbujas por todas partes :) Me fascinan
Un besito mu grandee!!
Gracias a ti por el esfuerzo que debe ser leerme.
Yo a veces no me leo.
Si, a mi de crio me encantaban, hacía pompas con un trozo de tubo desde el barcon.
Ahora cuando voy a la ludoteca le doy a los crios pomperos para que jueguen en la calle.
Un abrafo y
Suerte.