Esperé un rato hasta que la sensación de mareo se disipó. En ese momento pude coger otra vez los mandos de la nave y continuar mi camino.
Conforme avanzaba, el fondo se iba tornando oscuro.-¿estaré perdiendo visión?- me dije. Poco a poco todo se iba velando en negro, como una acuarela desteñida de un solo color. La oscuridad lo engullía todo, con una voracidad sorprendente.
Parecía un agua oscura que hacía desaparecer esta realidad, sustituyéndola por otra.
Cuando nada más que me acompañaba el vacío, detuve la nave y conecté los scaners para buscar una superficie y aterrizar.
Para mi sorpresa, no tardé en encontrar un lugar para depositar la mole de metal que pilotaba. Todo estaba fundido en negro, los potentes proyectores de la nave no podían iluminar ningún objeto, ninguna pared, ningún límite.
-Detectada posible forma de vida a 67 metros.-Alertó la computadora de abordo.
Abría la escotilla de popa y baje enfundado en mi escafandra. El pequeño ordenador adosado a mi antebrazo me iba indicando con un punto parpadeante en verde donde se encontraba aquel enigmático ser.
Era una sombra.
Un recuerdo perdido en la nada, en la oscura noche azabache de los tiempo, cuando el mundo era joven.
-Bienvenido Rásselas-Salió de esa nada una rotunda voz de estruendo.
Por un momento sentí miedo.
...fin de la transmisión diaria.