26 de Diciembre 2004

Frío planeta.

Subió al punte de mando de la nave… observó los scaners. Un gran planeta frío, yermo e inhóspito se encontraba a pocos centenares de miles de kilómetros.
Hacía mucho tiempo que no bajaba a un lugar inexplorado, pero la ocasión merecía la pena.

…

No he escrito estos días porque estaba en ese planeta, aun lo estoy, transmito desde una consola adosada al antebrazo de mi escafandra.
Todo esta helado, y un viento gélido lo barre todo. No he encontrado signos de vida alguna.
Pero hace tan solo una hora… caminando fatigosamente contra el viento nocturno… tuve una imagen. Una imagen aparentemente normal desapercibida para muchos. Pero no para mí.

Lo que tengo claro es una cosa, después de la alucinación noctámbula… es que debo ser fiel a mi mismo y cumplir con mi promesa. En enero, por fin la fecha en firme, abandonaré la gran estación de V4L3NC14 pudiendo regresar a Murica-murcindäe. Una vez allí, debo ampliar mis horizontes al máximo. Extrapolar el número de actividades que desarrollo durante el fin de semana, a los cinco días restantes.
Es la única forma de curarme.
Porque mi sentido común así me lo pide. “Se acabó” me digo una y mil veces a mi mismo. Pero el corazón se mueve con otros planteamientos, o tal vez con ninguno… de una forma aleatoria y a capricho.
No lo puedo evitar, así que perdóname ¡oh musa mía! Se paciente conmigo. Es solo cuestión de tiempo, vivir en un planeta más cercano, ampliar círculos y romperlos para trasformarlos en espirales logarítmicas en base exponecial… así llegaría al eje de simetría, al equilibrio.
Perdona mi insistencia, mi intención es la conservación pese a todo de una antigua y especial amistad.

Perdóname.

Desde un frío e inexplorado planeta.

…fin de la transmisión diaria.

Posted by eolovano at 26 de Diciembre 2004 a las 02:27 AM
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