28 de Julio 2004

Ascendiendo.

No se si habéis subido alguna vez la cima de una montaña. Yo, por suerte si. Me gusta mucho el senderismo, no solo he subido casi todos los picos más altos de mi planta refugio, sí ese que cuenta con un puerto que me protege y un faro que me guía… si no que he subido a lo más alto de los Picos de Europa.

Por suerte lo hice en varias ocasiones, y ascender los 2.500 metros casi desde el mismísimo nivel del mar, puede resultar toda una prueba, ya no física, sino mental.

Mental, porque recuerdo que aun estando mi cuerpo ya al borde del desfallecimiento, mi mente se mantenía firme en el avance. Las botas ya no eran de cuero, estaban recubiertas de plomo. Los bazos hinchados por falta de circulación de retorno, sudor frío, mareo y falta de oxígeno. Pero aun así, mi yo interno me decía que siguiese, que continuase.
Alcanzar la cima por los Ahorcados Rojos, o subir el estrecho paso de los cazadores y encontrarme en un techo del mundo me llenó de gran satisfacción.

En la actualidad siento algo parecido. He tomado una decisión si posibilidad de cambiarla, asumo las consecuencias y camino ascendiendo la empinada y sinuosa senda de la espera. No lo puedo negar, siento vértigo y tengo miedo a despeñarme. Pero la cima es tan preciosa, que debo alcanzarla.
Creo que me voy a armar de valor para llegar hasta ella, esperando el suave abrazo de la brisa montañosa, el aroma a hierbas y el frescor del agua.

Puedo ser muy feliz allá arriba.

…Fin de la transmisión diaria.

Posted by eolovano at 28 de Julio 2004 a las 07:03 PM
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