13 de Julio 2007
Los campos están secos, no queda ni gota de agua, ni un atisbo de humedad.
Las sedientas tierras reclaman al cielo una gota de compasión para calmar sus agitadas almas.
Ya no quedan flores ni pistilos en este campo de bochorno. Ya desaparecieron la suavidad de los aterciopelados pétalos. Suaves como las yemas de tus dedos cuando acariciabas mi cara, mis mejillas y te detenías en la comisura de mis labios.
Ya todo eso pasó, y ahora no es más que un campo reseco y desquebrajado.
Pero aun así, miles de florecillas inertes esperan con paciencia la primera gotita de agua. Cuando llegue, soltarán toda su carga de semillas por todo el campo. Y los dientes de león pintarán de blanco el cielo con la caricia de la primera brisa antes de la lluvia, dejando la soledad de esta meseta colmada de deseos por germinar. Sueños deseosos de nacer y enraizarse, de crecer y dar sombras y fruto.
Este campo desolado en el olvido fratricida y forzado, cambiará. Ya no será mas un terreno llano, mustio, será una vereda cerca de un rio, con hierba alta doblada al suave viento, con flores de colores, margaritas si, que son mis favoritas, y contará con arboles altos de tronco ancho que darán buena y fresca sombra para juntos tumbarnos y mirar al cielo entre sus ramas.
Pero para ello hace falta una gotita de esperanza.
Y cuesta tanto...
...fin de la transmisión diaria.
Posted by eolovano at 13 de Julio 2007 a las 11:19 AM