4 de Septiembre 2006
Torre de Cope.
Me dejo llevar seriamente influenciado por las aventuras del Capitán Alatriste.
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Torre de Cope año 1531.
[Eufórico]: ¡Vamos!¡No puedes quedarte aquí!
[Melancólico]: Mom de verdad. No puedo seguir, estoy muy cansado.
[Eufórico]: ¿Estás tonto? No digas sandeces. Vamos, solo quedan unas escaleras. ¿Ves? Ya se oye el mar y la brisa.
[Melancólico]: He perdido mucha sangre, ese berberisco ha sido certero con su espada. No creo que lo consiga.
[Eufórico]: Apóyate en mí, vamos, seguro que entre los dos podemos.
[Melancólico]: No puedo más de verdad, ve tú, yo les retendré un poco.
[Eufórico]: Mom, me tienes cansado con tus tonterías y quejas. Estás a punto de llegar a la cubierta de la torre, no se atreverán a subir tan alto. Desde allí podremos dar aviso al castillo de San Juan de las Águilas para que vengan a socorrernos. No tardarán.
[Melancólico]: Me siento tan casado.
Parece que delira, deja de mirar a Mom y su vista se pierde en la oscuridad de la estancia.
[Eufórico]: Lo siento.
Deposita con cuidado la mano de su amigo en el suelo y abandona la estancia para subir a lo más alto de la torre.
Allí es recibido por el omnipresente sol y es abrazado por un suave viento de levante. La mar brillante, rizada, ligeramente verdosa dibujaba una estampa en sus retinas difícilmente de olvidar.
Mom, estaba eufórico, dejó la melancolía en las oscuras estancias y los berberiscos estaban ya lejos.
Un recuerdo, un texto escrito y una sucesión de sms hicieron que al menos la distancia se acortase en con el recuerdo, con la imaginación.
El tiempo y el espacio, siempre serán relativos.
...fin de la transmisión diaria