10 de Abril 2006

Bombata.

El ascenso iba a resultar sorprendentemente penoso, pese a que Buba caminaba y Rásselas permanecía subido en su cabeza. Por un momento pensaba nuestro amigo, que caminaba subido a un elefante indú recorriendo el Ganges.

Pero como os he contado, nada más alejado de la realidad. El bosque era espero, de un verde tan intenso que casi se volvía negro. Las ramas le arañaban los brazos y la espalda, mientras, él agazapado, intentaba protegerse de las garras de la floresta.

Pasaron las horas y el Capitán de los Sueños se sentía desfallecer, había pasado todo el día sobre la cabeza de ese paquidermo sin posibilidad de beber agua o comer.

Pero por fin, cuando se hizo de noche y la luna azul risueña salió por el pico Kirigüí, el gran oso se detuvo en un claro. Rásselas pudo bajar al suelo, se sentía realmente mareado, como si hubiese estado todo el día en alta mar. Abrió su zurrón para comer algo y casi se le cayó al suelo al contemplar el prodigio.

Buba se alzó sobre sus dos patas traseras, parecía querer agarrar con el hocico a la luna, pero al darle con sus rayos sobre este, el gran oso se convirtió en un niño de larga melena.

- Hola, me llamo Bombata. Antes de nada debo cantar como cada noche a la luna.

Para que mi oración vuele,
y en un corazón germine

Para que los deseos livianos,
se conviertan en árboles.

Para que tu susurro,
haga levitar sentimientos.

Para que llegue a ti.
Delicada semilla
en mi memoria.

Rásselas.

…fin de la transmisión diaria.

Posted by eolovano at 10 de Abril 2006 a las 06:17 PM
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