19 de Enero 2006

Sin energías.

Los dos estaban realmente fatigados por tanto esfuerzo. Claro, la distancia que les separaba del brazo de la galaxia es enorme, por tanto la ballena no podía dejar de aletear, mientras que a Rásselas a penas le quedaba ternura para darle a cucharadas.

Hubo un momento, en que nuestro amigo se quedó plácidamente dormido encima de su lomo y poco a poco el gran cetáceo comenzó a sentirse de igual modo muy atraído por la idea de echar una cabezadita. Pero es muy peligroso dormir en el espacio así, a la intemperie, y más si estaban extenuados, sin apenas energías. Dormir en esas condiciones era una temeridad, no tardarían en congelarse y convertirse en una roca de hilo flotando en el vacío interestelar.

Pero pronto una musiquita sonó procedente del antebrazo de la escafandra del capitán de los sueños, su computadora se activó y comenzaron a salir miles de mensajes, de textos provenientes de los amigos realizados a lo largo de su eterno viaje. Rásselas abrió los ojos y los leyó con las últimas fuerzas que le quedaba. Cuando pensaba rendirse por el frío una luz fluorescente le cautivo… Otra vez, el hada de las palabras venía a ayudarle.
En seguida, y gracias al candor de estela mágica, los dos somnolientos amigos, comenzaron a entrar en calor. La visita del hada, fue fugaz e inesperada, pero suficiente para alegrar los ánimos y cargar las bodegas de la Nave de los Sueños con combustible para el viaje, de ternura.

…fin de la transmisión diaria.

Posted by eolovano at 19 de Enero 2006 a las 06:00 PM
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