10 de Enero 2006

Hay que luchar.

- No comprendo como un ser tan maravilloso como tu, puede dejarse abandonar a su suerte en este espacio vacío que es la nada-. Dijo nuestro amigo mientras miraba alrededor intentando buscar algo que le sirviera.

-No es cuestión de dejarse derrotar, ni de evadirse,- la ballena apenas podía hablar, lo hacía sin mover los labios dejando salir las palabras de su enorme boca mediante suspiros-. La vida de nosotras no es fácil y el universo ya no es lo que era.

-¡Pero como puedes decir eso!- Rásselas dio un salto y se agarró fuertemente a un cabo para ascender por el y ver así frete a frente a la criatura-. El universo es formidable, enorme, sin límites… Yo salí hace mucho tiempo de la Tierra en busca de una ilusión, he caminado mucho y cada día me resulta más difícil imaginar que algún día alcance mi logro. Pero no desisto, por el mismo hecho de buscar, de viajar perece la pena. Ya sabes lo que dicen, “el sentido del viaje, es el viaje en si mismo.

El colosal cetáceo esbozó una amable sonrisa, tal vez haya esperanza y merezca la pena luchar.

-Será muy difícil alcanzar el brazo de la galaxia, tal vez no llegue y me quede por el camino.

-Pero será mejor que quedarse aquí esperando un nefasto final, sé dueño de tu propio destino. ¡Lucha!- Le tendió una mano.

Hinchó sus pulmones todo lo que pudo y dio un rugido terrible, como un antiguo dinosaurio que se lamenta al ver sus últimos días de reinado en el Pangea. Y con esto, comenzó a batir su cola intentando desplazarse.
Rásselas rápidamente bajó a la cubierta, lanzó el cabo sobre la aleta dorsal de formidable mamífero y ató esta a su vez a la popa de la Nave de los Sueños.

En dos saltos ya estaba en el puente de mando.
- Computadora, ¡A toda potencia! Rumbo a la nebulosa Cabeza de Caballo.

…fin de la transmisión diaria.

Posted by eolovano at 10 de Enero 2006 a las 05:59 PM
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