21 de Diciembre 2005

Natalis Solis Invicti

Mientras en la nave todo se prepara para la fiesta, Rásselas piesa que participara en la alegría, en la convivencia... pero no de ella.
No es su fiesta.

NAVIDAD (337 d.C., ROMA)
Extraido de fu.es

Como festividad religiosa y como fiesta en general, la Navidad es una amalgama de tradiciones procedentes de media docena de culturas y acumuladas a lo largo de los siglos. La cena de Nochebuena, el árbol adornado, las tarjetas de felicitación. Papá Noel y Santa Claus, el tronco lleno de regalos, el muérdago, las campanas y ios villancicos se originaron en el seno de diferentes pueblos y pasaron a integrarse en el 25 de diciembre, fecha nada segura del nacimiento de Cristo.

La idea de celebrar la Navidad el 25 de diciembre fue sugerida por primera vez a principios del siglo IV, ya que con una visión muy sagaz los Padres de la Iglesia deseaban eclipsar las festividades que en esta fecha ofrecía una religión rival que amenazaba la existencia del cristianismo. Es importante señalar que en los dos siglos que siguieron al nacimiento de Cristo, nadie sabia con exactitud dónde se había producido, y a pocos les importaba. Los cumpleaños no tenían ninguna importancia, lo que contaba eran los días de las defunciones. Como ya se ha dicho, la Iglesia incluso declaraba pecaminoso celebrar el nacimiento de Cristo “como si fuera un faraón”. Sin embargo, teólogos hubo que trataron de fijar la fecha de la Natividad del Señor, con el resultado de una confusión considerable de fachas: 1 y 6 de enero, 25 de marzo y 20 de mayo. Con el tiempo, esta última tuvo muchos partidarios, puesto que el Evangelio de San Lucas explica que los pastores a los que fue anunciado el nacimiento del Mesías estaban vigilando sus rebaños en plena noche. Los pastores custodiaban sus rebaños día y noche sólo en la época en que nacían los corderillos; en invierno, los animales permanecían en sus corrales, sin vigilancia. Lo que finalmente zanjó la cuestión y movió a la Iglesia a legitimar la fecha del 25 de diciembre, fue la creciente popularidad del mitraísmo, religión rival del cristianismo.

El 25 de diciembre, los romanos paganos, todavía mayoritarios, celebraban el “Natalis Solis Invicti”, o “Nacimiento del invicto dios Sol”, Mitras. Este culto, originado en Persia, arraigó en el mundo romano en el siglo 1 a.C. En el año 274 a.C., el mitraísmo era tan popular entre las masas que el emperador Aureliano lo proclamó religión oficial del Estado. A principios del siglo IV, este culto amenazaba seriamente al cristianismo, y durante algún tiempo no resultó evidente qué fe saldría victoriosa. Los Padres de la Iglesia discutieron sus opciones.

Era bien sabido que los romanos, tanto patricios como plebeyos, eran amantes de los festejos prolongados, tradición que se remontaba al año 753 a.C., cuando el rey Pómulo fundó la ciudad de Roma en la colina Palatina. No sólo la observancia del “Natalis Solis Invicti” era ocasión de festejos y desfiles en diciembre, sino que también ocurría lo mismo con las saturnales, en honor de Saturno, dios de la agricultura. La Iglesia necesitaba una celebración en el mes de diciembre. Así, para ofrecer a los conversos una ocasión digna de conmemorarse, la Iglesia reconoció oficialmente la del nacimiento de Cristo, y para competir directamente con la fiesta de los adoradores del sol, fijó la fecha de la Natividad e! 25 de diciembre. La modalidad de esta fiesta sería principalmente la plegaria, y sobre todo una misa. Como escribió un teólogo hacia 320: “consideramos santo este día, pero no como los paganos a causa del nacimiento del sol, sino a causa del que lo creó”. Aunque siglos más tarde los sociólogos hablarían de la fuerza psicológica de las celebraciones en grupo, hacía ya mucho tiempo que el principio resultaba intuitivamente obvio.

La celebración de Navidad arraigó permanentemente en el mundo occidental en el año 337, cuando el emperador Constantino fue bautizado y por primera vez se unieron el cetro y la Iglesia. El cristianismo se convirtió en la religión oficial del Estado, y en el año 354 el obispo Liberio de Roma reiteró la importancia de conmemorar, no sólo la muerte de Cristo, sino también su nacimiento.

Felices Saturnadas.


...fin de la transmisión diaria.

Posted by eolovano at 21 de Diciembre 2005 a las 06:11 PM
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