Las horas pasaban y pasaba lentamente, el tiempo erosionando mi ánimo como el agua lo hace con la ronca, con desmedida paciencia.
¿Cuánto tiempo? ¿Días, semanas? No lo sé, mi computadora portátil del brazo no me funciona aquí, estoy desconectado de todo.
Cada cierto tiempo se abre una trampilla en la pared, cae un vaso de papel blanco y al momento desciende un tubito de silicona que lo llena de una papilla viscosa.
La luz blanca, opalina, que procede de todas partes me pone nervioso, no puedo saber cuantas orbitas al planeta llevamos, si fuese así, podría mediante un sencillo cálculo intuir cuanto ha transcurrido.
Hace mucho tiempo ya que deduje que no soy un invitado, sino un prisionero. Y eso no puede quedar así.
Está claro que me han atrapado al haberme introducido en el campo gravitatorio del Planeta Recuerdos. ¿Por qué? ¿Por qué no quieren que me acerque allí? ¿Por qué no contestaron mis preguntas? Demasiadas cuestiones, no tengo información.
Pero si me han apresado, si mis captores no quieren que vaya a ese planeta está claro que es precisamente lo que debo hacer. Pero ¿cómo?
Miré por toda la habitación, no era más de tres por tres metros, por dos y medio de alto. Veintidós coma cinco metros cúbicos de espacio vacío y superficie plana. Desesperado, tanteando el suelo, las paredes
todo, llegué a notar que el hueco por donde descendía la comida media unos cincuenta y cinco centímetros de lado.
Debía estar atento cuando se abriese la trampilla para soltar ese supuesto alimento, que ni el peor bicho del planeta más horrendo sería capaz de digerir.
Así lo hice, cuando la trampilla se abrió y descendió el vaso, introduje la cabeza y pude ver un conducto cuadrado que ascendía. Con la pata de la cama, bloqueé esa puertecilla para que no descendiera, e introduje mi cuerpo por ella. Una vez dentro y para atenuar las sospechas, le di un puntapié y esta se cerro.
Embutido en una galería oscura, avancé como pude, reptando como un gusano en las profundidades de una tierra metálica.
Pronto encontré la luz.
fin de la transmisión diaria.
Posted by eolovano at 18 de Octubre 2005 a las 05:36 PM