Historias Logarítmicas

Consciencia.

Rásselas dormía, pero no era un sueño tranquilo. Se despertó sobresaltado y sudoroso.
Se levantó para lavarse la cara y refrescarse un poco, tal vez, con el frío en su rostro, apaciguaría el calor de su corazón.
Cuando se miraba en el espejo de al cabina del baño, notó algo, una sensación. No estaba solo.
Se acercó a la cámara ojo de la Gran Computadora de Abordo. Su imperecedero led rojo. Pero no parecía nada extraño.

-Computadora, escanea tus sistemas y haz un barrido de todas las cabinas y camarotes de la nave.- Dijo Rásselas con cierto tono de preocupación.
-Comando, activado- Una voz impersonal que procedía de todas partes sonó en la salita blanca- aplicación en curso.
Rásselas se puso un pantalón fino, de algodón blanco y así, con el torso descubierto y descalzo, saló de su camarote andando por los tenues pasillos de la nave.
Al llegar al puente de mando vio como la barra de estado en la pantalla de plasma de 100 pulgadas llegaba al cien por cien.
-Proceso finalizado, resultados: no se ha hallado ninguna anomalía en el interior de la nave, existencia de vida cero.
-Muy bien, ¿y de consciencia?- Apretó los dientes por el nerviosismo.
-Elemento de consciencia encontrado en la cubierta de proa externa, moviéndose a 0,8 metros por segundo dirección al puente de mando.

Eso significaba que había algo, no vivo en el exterior corriendo por la cubierta, por el fuselaje de la nave y en unos segundos se dejaría ver a través de la gran escotilla.

Una gota de sudor redonda y nacarada rodó por la sien de nuestro amigo.

…fin de la transmisión diaria.