Hace calor, y ayer salí a correr.
Lo hice porque otra vez apareció el insomnio sutilmente como el humo de tabaco, ascendiendo, dando giros y rizos en el aire, me invitaba al sofá.
Pero no, me negué. Cuando descendió el sol por el horizonte y refrescó un poco salí a correr.
Me siento muy bien cuando termino y me tomo una ducha fría con carámbanos en el techo. Pero el notar el agua alrededor de mi cuerpo, rociándome por una lluvia ficticia, que devuelve la vida a mi maltrecha mente.
Cuando salí al porche, la luna orbitaba alta sobre la bóveda celeste, como una pelota de plata rodante en el cielo.
Y viendo como moría el día, su últimos suspiros secaban mi pelo, me acordé otra vez de la mar.
Me apetece ir a cenar, estar en la orilla esperando a que se haga de noche, que el cielo oscurezca todo en azabache. Dejando como única muestra de que ella sigue allí el sonido de las olas y la fluorescencia de la espuma.
Ya falta poco, mañana pondré rumbo hacia mi planeta refugio; sí ese que cuenta con un puerto que me protege y un faro que me guía. Allí me espera mucha gente, ya tengo plantes de aventura.
Y seguro que me bañaré en la mar.
...fin de la trasmisión diaria.
Posted by eolovano at 16 de Junio 2005 a las 05:37 PMMe recuerda aquella canción de Mecano: Hawaii-Bombay...
para nadar no hay lugar como el mar..
Posted by: thegreenfly on 18 de Junio 2005 a las 01:09 AMJajaja! cierto no hay nada igual, por eso yo esta tarde me voy a la playica.
Suerte!
Posted by: rásselas on 18 de Junio 2005 a las 01:43 PM