He vuelto de mi planeta refugio, sí ese que cuenta con un puerto que me protege y un faro que me guía. Como era de esperar, lo he pasado genial. Otra vez con mis amigos, con mis hermanos
los pilares fundamentales, la excusa para seguir existiendo. El sábado por la noche, estuvimos en un restaurante chino, entre risas las botellas de vino iban cayendo. Al salir, la humedad de la calle invadió mi corazón
y busqué el calor en brebajes extraños. Y cada vez que bebía, más ardor en mi cara, pero no podía evitar el sollozo y ronroneo de mi pecho. El final de la noche, despuntando ya el alba
nos encontramos con más amigos aun
Hubo una fusión de grupos, un estallido de ánimos, un retorno a la inconsciencia juvenil. El caso es que todos continuaron con sus cánticos en la calle. Y yo, marche solo por la orilla de la rambla seca, y me senté cabizbajo. Sólo pude hacer una cosa: enviar un mensaje gsm a un buen amigo.
La mañana fue distinto
todo parecía excesivamente luminoso, lo cual me impedía abrir los ojos normalmente, la cabeza me dolía, y el estómago revuelto. Son momentos en los que nos prometemos no volver a hacerlo, pero con la sensación de que de nada sirven tales promesas.
Cuando regresaba por la noche a la gran estación orbital de V4L3NC14 la luna amaneciente, parecía un huevo frito en el cielo. Recordé muchas cosas de los últimos días, reflexioné de la velocidad en la que vivo cada fin de semana
en los deseos de futuro
en cómo encontrarme a mi mismo.
Sólo puedo decir que debo tener paciencia y no rendirme. La nebulosa de los Retos guarda grandes sorpresas, y eso hace de la vida, de este viaje, verdaderamente interesante.
fin de la transmisión diaria.
No te rindas Rasselas; hay fuera hay un universo de emociones esperando ser descubierto por un intrepido viajero..