27 de Octubre 2004

Ideas, retazos...

Los fines de semana son efervescentes, mi tiempo colapsado de actividades se queda corto y debo de ingeniármelas para poder realizar todo lo que llevo planeando durante la semana.
Es te pasado fin de semana, he estado en mi planeta refugio, si ese que cuenta con un puerto que me protege y un faro que me guía. Estuve en la feria de las asociaciones que se encuentra dentro del marco “Octubre Joven 2004” Apenas he tenido tiempo para respirar, el domingo pensaba dormir una larga siesta para volver a V4L3NC14 descansado, pero llegaron a sacarme de la cama. No me quejo, para nada. Me encanta vivir con exceso de actividades que por defecto.

La noche del sábado fue algo más relajada. Decidimos ir al cine y ver “Mar a dentro”. Una película monumental. Hace años que me atenaza el tema de la muerte, lo que me habéis leído desde el origen de las transmisiones sabréis que viene de lejos. No es por miedo a morir, si no, por lo triste que resultaría que todo fuese un chispazo en el tiempo, un parpadeo, y después la anda, la oscuridad.
Afrontar la muerte termodinámica, la muerte metafísica, con naturalidad es necesario. Es algo que tarde o temprano nos llegará.
Ya lo deja entrever José Luis Sanpedro en “El río que nos lleva” y en la “Sonrisa Etrusca”. Pero no hay que llevarlo a la obsesión.
En estos últimos meses me han ocurrido cosas que hacen tambalear mi escepticismo. Hace años fui muy creyente, pero mi fe se evaporó con el tiempo… en cada lectura de Voltaire, de Unamuno, de Lain de Entralgo, de C.Sagan…

Pero… ¿Qué me está pasando últimamente? ¿Será un natural sentido de la supervivencia que nos hace luchar por subsistir más allá de los límites de la vida misma?

Será que estoy experimentando emociones tan fuertes, tan puras, tan sólidas… que solo pueden tener origen en lo divino o en lo inmortal. Por que me niego a que esa emoción desaparezca en la nada.

Las carcajadas en un bar rodeados de mis amigos, la conversación a apasionada con un hermano, el abrazo de un sobrino, el amor incondicional de mis padres… cosas que me hacen sentir vivo, notar como vibra hasta el mismísimo tuétano de mis huesos. Mi yo mas profundo, la chispa que me concedió vida estalla en mi corazón como fuegos de artificio cada vez que me rodeo de estas personas que embriagan mi alma en calidas emociones.
Me niego en rotundo a que solo sea biología, química, hormonas y proteínas viajando por mi sangre, engañando, ilusionando a mi cerebro.

Debemos ser una carcasa, un reflejo de lo que realmente somos… porque en realidad no estamos compuestos de cuerpo. Somos más; las emociones, esas son los ladrillos que nos impulsan a vivir, a amar, a llorar… Estamos constituidos por un compendio de emociones. Yo ya conozco algunas… ahora quiero experimentar muchas más.
¿Te atreves?

…fin de la transmisión diaria.

Posted by eolovano at 27 de Octubre 2004 a las 09:03 AM
Comments

Y no lo dudes en este tramo de tu viaje que somos algo más que materia. A veces pienso que vivimos mientras nos recuerdan,de esta manera, si sobrevivimos a algún ser querido que nos ha dejado, para mí permanece vivo porque "vive en mí su recuerdo", pero además es que somos esencialmente ESPÍRITU y todo lo demás son anécdotas para genetistas.Almas conectadas entre sí, unidas por un TODO,entrelazadas con orden y misterio.Almas en ruta con escalas de aprendizaje que no acaban nunca..

Posted by: troyana on 28 de Octubre 2004 a las 01:28 AM

Ay! troyana, en la eternidad deberemos encontrarnos para seguir hablando de muchos temas.
Será divertido.

Posted by: rásselas on 28 de Octubre 2004 a las 12:52 PM
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