Espero que publiquen este artículo en el periodico El Faro.
El pasado día 12 de Octubre de buena mañana decidí pasear por la Colonia y subir al castillo. Hacía muchos años desde la última vez que lo hice y me sorprendió encontrarme con la puerta de la verja azul abierta. Así que decidí entrar.
La visión que pude contemplar fue desoladora. Los restos de una obra interminada diseminados por doquier. Una enorme rampa de madera se alza desde el pasillo que va a la batería de San Pedro hasta la puerta de acceso al torreón. Todo mostraba una fuerte erosión, envejecimiento, abandono.
Si el exterior estaba mal, aun fue peor el cuadro que contemple en el interior de la antigua fortaleza. Matorrales crecían en el patio, ladrillos y piedras desgarrados de las paredes y techos. Viguetas corroídas apuntalaban los frágiles techos. Lo que antes fue el aljibe que proporcionaba reservas de agua a los habitantes, ahora se había convertido en un oscuro agujero pozo relleno de maderas y restos de sumieres quemados.
Si escribo esto es por dar la voz de alarma, al Castillo le queda porco. Está enfermo, los techos se derrumban. Apenas se sustentan por la antigua argamasa desprovista de ladrillos.
El Castillo es el icono del pueblo, es su escudo, le dio nombre a la población y la protegió durante siglos. No podemos dejar que se destruya por la simple dejadez.
Todos lo vemos ahí, coronando el cabezo. ¿Pero cómo nos sentiríamos si desapareciese?
Nos prometen su reparación como moneda de cambio a la construcción de la autopista. No me quiero meter en otras polémicas. Pero otros municipios han conseguido restaurar el suyo. No esperemos más a los posibles acontecimientos del futuro que puedan conducir a su arreglo. No hay tiempo.
Su estado es tan lamentable que necesita una reparación de urgencia. Ojo, digo reparación no restauración. La acción sería para que pudiese aguantar sin su desmoronamiento durante el periodo de tiempo necesario para programar las acciones restauradoras. Fíjense hablo en plural. Porque no es un proceso que se deba realizar de golpe. Se podría hacer por etapas, paulatinamente en varias acciones precisas y estudiadas.
La financiación seguro que se puede adquirir por subvenciones europeas, estatales, regionales
o con la contribución popular.
Es una empresa que deberíamos estar todos vinculados, nuestro Castillo se lo merece.
Pensad que no es nada novedoso, que muchos ya disfrutan de su castillo restaurado, y no solo poblaciones como Lorca, esta Villena, Sax, Monforte, Moixen
pueblos más pequeños que Lorca e incluso que Águilas.
Me encantaría que algún día podamos pasearnos por la batería de San Pedro o la de San Juan. Y contemplar un atardecer desde nuestra legendaria y mítica fortaleza como un día lo hicieron sus antiguos pobladores.
Ramón Zaragoza Rondán
Zagal, espero q te lo publiquen..pero espero más aún que las autoridades pertinentes lo lean y tomen cartas en el asunto!
Un saludo.
Posted by: angelillo on 13 de Octubre 2004 a las 11:35 AM