16 de Agosto 2004

Cohetes.

Formidable.
Es la palabra que define esta semana. Gran parte de la tripulación viajó al planeta V4L3NC14 para pasar unos días. Exploramos la gran Megalópolis, paseando por las callejuelas más centrales, anduvimos por las arterias principales y subimos a torres de roca del pasado.
Todo era excitación, risa, ánimo de redescubrir una ciudad y mostrársela a mi amigos.
Cenamos como nunca en el piso, con las ventanas y las puestas de la calle bien abiertas para permitir que la poca brisa nocturna nos refrescara.
Hasta que llegó la hora del retorno. Yo volví con ellos en mi nave, dirección a mi planeta refugio, sí ese que cuenta con un puerto que me protege y un faro que me guía. Pero esta vez yo volvía, por fin, con un trasfondo distinto… comenzaba mis vacaciones.

Ayer tarde estuvimos en la playa, para merendar y cenar… esperando a “los cohetes”
Este año el espectáculo pirotécnico fue espectacular. Cincuenta mil vatios de sonido acompañaban a los juegos de luz y color.
El tubular, Carros de Fuego, Carmen… BSO de la historia contemporánea de obligado conocimiento. No solo era pura diversión lúdica, era cultura. Y eso, por estos lugares, es necesario.
Gritábamos, reíamos, saltábamos en cada explosión de luz. El cielo de la bocana del puerto palpitaba en una singular fiesta celestial. Un lienzo de purpurina refulgente. Me sentía como si estuviese en una gran ópera parisina del siglo IXX, en el mejor palco: la playa, la mar, los amigos…

…fin de la transmisión diaria.

Posted by eolovano at 16 de Agosto 2004 a las 01:09 AM
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