Cuaderno de bitácora del eterno viajero:
Ayer regresaba de Valerian cuando me vi sorprendido por una terrible tormenta. El timón de mi nave vibraba al son de millones de golpes en el casco. Las estrellas desapareciendo en un cielo fundido en negro, solamente profanado por los gigantescos rayos que con enormes descargas cegaban mi visión. Atravesé ese campo electrostático, con miedo. Apenas podía ver la ruta que seguía, pues la lluvia de estrellas fugaces se convirtió en un denso telón plomizo.
Me vi obligado a reducir potencia en los motores de popa para ganar estabilidad en proa, fue una buena decisión, en estos casos se corre gran peligro
La pequeña nave surcó los cielos dirección Ilicitania dejando atrás esa horrible región.
Después de esa tormenta, pasé por un campo de increíble tranquilidad
de un cielo cuajado de luces multicolores, apenas parpadeantes pues todo estaba limpio.
Y me embargó esa tranquilidad después de una ducha caliente, y una novela
Así que me dije:Tal vez, algún día, desempolve mi telescopio y descubra que existen otras estrellas
...fin de la transmisión diaria