Historias Logarítmicas

Abuelo

Este fin de semana hice un alto en el camino para pasear. Pero no lo hice con cualquiera, ni en cualquier lugar. Fui con gente de mi tripulación a la Alhambra de Granada. He ido varias veces allí, para mi es una de las ciudades más bellas de España. Ya no solo por su arquitectura, por su historia… Si no por el aire que se respira, puro romanticismo y mestizaje.
Los jardines de la Alambra esperan impacientes la llegada de la primavera, así poder engalanarse con su vestido a flores.
Podría pasarme horas hablando de esa entrañable ciudad, no es mi intención.

Hubo algo que me impacto haciéndome reflexionar inmediatamente.

Esa pintada dice mucho… Nuestra sociedad “civilizada” se despoja de las personas mayores como el que abandona un coche viejo. No es justo.
En todas las culturas, que muchos las denominan bárbaras, prehistóricas, atrasadas…, Los grandes sabios son los abuelos, los consejeros, los expertos en la vida. Pero en el tiempo y en el lugar que nos toca vivir, se les presta más atención a otros valores. Todo se es moderno, la información debe fluir como la pólvora, al igual que el olvido. Como todo es reciente, para el que no pueda seguir ese ritmo no le queda más remedio que asumir su nuevo estado… se es inservible a la sociedad.
Y es un tremendo error, debemos aprender de lo antiguo, de lo pasado… si lo rechazamos no dispondremos de un modelo de referencia y ello nos conduciría a caer en el mismo error.
Los abuelos son personas y sienten. Muchos tan indefensos como un niño, por ello hay que prestarles especial atención.
Creo que deberían ser considerados tanto a nivel de empresa, como de política o educación.
No tengo abuelos, pero me adopté uno en su día.
Me acuerdo mucho de ti Señor Paco, ojalá que mi viaje por este cosmos me lleve a encontrarme contigo allá donde estes.