Hay varios lugares, varios paisajes que me inspiran adaptándose como la cerámica de un mosaico a mi estado emocional.
Si mi refugio es la escollera del puerto, si mi guía es el faro... Cabo Cope, sin lugar a dudas, es mi templo. Mi oráculo.
Una montaña incrustada en el el mar, palpitante a cada paso, de aromas de visiones. Sólo hay que estar atento y dejarle hablar.
Es un lugar que ya en la prehistoria evocaba respeto y reflexión. Aquí vengo yo a poner orden a mis ideas, a seleccionar entre todas una opción.
Pero hoy simplemente voy a relajarme, recrearme con el paisaje; ser envuelto de fragancias, insectos y raíces... Hoy quiero yo convertirme también en montaña con los cimientos en el mar. Notar la caricia del viento, la ternura del tímido sol de invierno.
Que mi corazón lata al son de las olas y mi sangre fluya con la marea. Hoy quiero yo también detener el tiempo para guardar esta visión en mi recuerdo.
Tu Cabo Cope, mi templo.
Posted by eolovano at 19 de Diciembre 2003 a las 06:49 AM