Poco a poco los hilos espacio temporales van volviendo a tejer los telares de universo. Se forma así nuevamente un lienzo de ilusión, donde viene pintado un mapa con rumbos, grados y costas. Costas nuevas inexploradas a las que Rásselas deberá desembarcar de su galeón de sueños.
La sucesión de mundos perdidos que le conducirán al planeta aMarte será todo un misterio, una aventura como la de ahora
muchas aventuras y desventuras. Pero así son las grandes exploraciones, indagar en lo desconocido, no dejar nada sin respuesta
buscar, hallar, sufrir y alegrarse.
Todo un conglomerado de sensaciones, toda una receta de emociones.
Por eso, hoy las cuerdas de las velas se encuentran tensas al viento, el timón reluciente y en Rásselas una sonrisa.
Allí donde haya viento, esteré yo, libre como él.
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