Quiero ser el espolón de una hermosa galera en un mar centelleante y rizado, como tu cabello.
Y oler, cuando salga a respirar a la cubierta, la infinidad de aromas y matices de una mar brava, de la cercanía de una costa dorada.
Y en el interior, en un hermoso camarote, un rayo de luz intenso se cuela por el ojo de buey rematado en bronce. Allí estarías tú, en un nido de sábanas, tranquila como una bajamar noctámbula.
Estando desnudo ante ti, estaría cómodo, desprovisto de armadura y cota de malla, y atrapado entre tus brazos, me sentiría la persona más protegida del mundo, el ser más poderoso del universo.
Seré un pilón de acero donde poder sujetarte ante la adversidad. Y si llegases a correr peligro, así, desnudo, me enfrentaría al mismísimo diablo con uñas y dientes; como un berserker enfurecido. El hierro no me podrá herir y el fuego quemar. Tú serás la inspiración que me haga luchar hasta vencer.
Porque de eso estoy seguro, cada prueba, cada dificultad, será una nueva capa de nácar que embellecerá nuestra palpitante relación.
Pero estoy solo y lejos de ti.
Mi camarote esta vacío y mis sábanas congeladas.
Se hace duro la navegación así.
Pero hoy me quedo con una frase que escuche ayer.
Dios no nos odia, sino no nos hubiese dado un corazón tan fuerte.
Un corazón tan fuerte
Espero que resista hasta que lleguen mis botellas lanzadas al mar.
...fin de la transmisión diaria.
Posted by eolovano at 27 de Noviembre 2007 a las 10:53 PM