Lo recuerdo como un sueño. Ha pasado una semana y sí, creo que lo soñé y ahora vuelvo a la realidad.
Lo recuerdo como una música. Ecúchala...
Os voy a contar, porque sucedió todo como un cuento.
Me sujetaba con todas mis fuerzas al tronco del diente de león pues al entrar en la atmósfera del planeta, los vientos de las capas más altas soplaban con virulencia. Pero pronto pasó, fue como caer por un agujero del techo a una planta inferior solitaria y tranquila.
Poco a poco caía mecido por la suave y fresca brisa que descendía con timidez de la alta serranía nevada. El sol, como una bola de plomo derretido, se desparramaba por toda lontananza iluminando de una amarillo pirita las altas bóvedas palaciegas. Era como entrar en la idílica ilustración de un libro de cuentos. Las mil y una noche
Salté del diente de león como cuando se desciende de un barco de recreo, al tocar el suelo, esté salió volando ascendiendo a toda prisa liberado por fin de su carga ahora buscaría un lugar donde caer y germinar.
Estaba en medio de una plaza bien transitada, carros, carretas, caballos y muchos seres extraños que no conocía, tal vez animales autóctonos de ese planeta.
- ¿Te veo extraviado?- Dijo una voz a mi espalda.
Era una bella joven, bellísima joven que me tendía la mano para enseñarme la ciudad, el reino Nazarí.
Paseamos por sus sinuosas calles por sus plazas y fuentes Dos días de ensoñación.
La última jornada, a la ultima hora en la plaza de los tristes, bajo el peinador de la reina
toda la belleza que había observado a lo largo de todo ese tiempo comenzó ha hacer su efecto como la destilación de un licor
Me sentía mareado, extasiado.
Bajo el peinador de la reina el sol nos bañaba con sus calidos rayos. Yo imaginaba que podría ser ella la misma reina, y yo sin saberlo, ella allí en lo alto de la torre asomándose por una de las ventanas peinando su ondulado pelo mientras se dejaba llevar por el sonido del cercano riachuelo. Como me dejaba llevar yo por la música de una guitarra que hacía de catalizador del momento aleando paisaje, fragancia, luz y compañía en un elixir imposible de rechazar.
Me dejé llevar por la situación poética y liberé mis sentimientos como el duende de una lámpara mágica.
Y nació el beso como el despertar de la primavera que despereza las flores e ilumina las mañanas.
fin de la transmisión diaria.
Posted by eolovano at 30 de Marzo 2007 a las 03:36 PM
Esto... ¡guau! :O
Anda, mira tu correo.
Un abrazico (o uno detrás de otro)