Sigo entre galaxias, no conozco estos mapas estelares, estoy alejado de cualquier ruta comercial y no detecto ninguna señal en mi scaner. Pero la pantalla de la gran computadora de abordo ha detectado una formación estelar próxima, no hay ninguna información en la base de datos, aun así creo que voy a dirigir la nave hacia allí, merecerá la pana explorar.
Esta tarde ha sido extraña, la verdad que me encontraba un poco apático, así que frente la apatía, la acción. Me he puesto una escafandra y he salido fuera con la cámara. La ruta por la cubierta superior ha sido interesante y provechosa, creo que lo volveré a hacer en tarde similares.
Mientras caminaba pisando lentamente las placas de fibrocerámica de una manera automatizada, mi mente estaba lejos, en ninguna parte.
En las tardes próximas ya al solsticio, la melancolía me envuelve con finas hebras de añoranzas, de sueños. Poco a poco, noche tras noche, quedó en posición fetal entre las mantas, que son ahora mi capullo, esperando la suave brisa de la primavera. O tal vez, un delicado suspiro en mi nuca que me haga erizar el vello junto a mi columna, el de mis brazos y mis piernas.
Esa sensación, chispa de la vida, de saber que se cuenta con dos corazones, que son uno, aleados, fundidos con el calor de las pasiones ardientes.
Seguro, que cuando el sol vuelva a tomar altura en el cenit boreal, tal vez en un equinoccio, o en el próximo solsticio de verano, quien sabe. Tal vez mañana, tal vez
Tal vez en mi eterno viaje de sueños e ilusiones me arme de valor y grite:
Coged las rosas mientras podáis
veloz el tiempo vuela.
La misma flor que hoy admiráis,
mañana estará muerta....
Que tú estás aquí,
que existe la vida y la identidad,
que prosigue el poderoso drama
y que tú puedes contribuir con un verso.
Walt Whitman
Y mi verso será la emoción de vivir contigo.
fin de la transmisión diaria.