17 de Julio 2006

Hades.

Y era así, un infierno bajo el paraíso.

Metal y roca fundida se deslizaban en abrasivas escorrentías produciendo sonidos flatulentos.
En las orillas de ese río luminiscente, miles de criaturas horripilantes, con escamas de color rojo óxido, extraían metal para llevarlo a unas extrañas maquinarías.

Dolor y sufrimiento, eso era lo que sentía nuestro amigo.

Estaba tan perplejo que no se dio cuenta de su proximidad al borde, este, se partió haciendo caer a él y al krook hasta el fondo de la sima. Produjeron un enrome alboroto al chocar con un millón de instrumentos olvidados, de herramientas inservibles y bidones vacíos

Cuando asomó la cabeza por encima de esta montaña de hierros, todos los engendros de la galería le rodeaban. Poco a poco se incorporó y pudo ver como estos, sin pronunciar palabra alguna, abrieron un pasillo entre la multitud para dejarle pasar al interior de una lóbrega galería.

Anduvo un tiempo solo, todos se quedaron tras él. La galería estaba perfectamente escavada en la roca, no era natural como las otras. Al final de esta, se encontraba bordeada a ambos lados por una triple fila de columnas retorcidas imitando unas llamaradas.

-Pasa, pasa, no tengas miedo- La voz procedía del fondo artificiosamente iluminado.

Rásselas continuó su marcha hasta llegar al extremo de la sala. Era redonda, en cuyo centro había un enano. Llevaba un hábito marrón y una capucha que le cubría la cara. De esta salí una barba espesa que le cubría casi hasta los ojos. Entre tanto pelo, recio como alambres envejecidos, Rásselas pudo atisbar una malévola sonrisa.

-Bienvenido a unas de las salas de Hades. Sí no te sorprendas, eres demasiado expresivo con la cara- la criatura andaba de un lado para otro con gestos forzados y dramaturga mirada.- El infierno te lo esperabas de otra manera, más terrorífico o doloroso. Desafortunadamente, esto no llega a ser el infierno propiamente dicho, son… ¡Ejem! Sus puertas, o al menos esos estamos intentando, tenemos un mes para terminarlas.

Rásselas no salía de su asombro.

…fin de la transmisión diaria.

Posted by eolovano at 17 de Julio 2006 a las 06:28 PM
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