Historias Logarítmicas

XXVII Cumpleaños

Hoy cumplo años. 27 eneros.
En un día como hoy a las 11 de la mañana desperté al mundo en lo que es hoy una residencia de ancianos, antes fue un hospital.
Nací en una habitación de la limpieza, la primera luz que me dio fue la del sol de mi pueblo, omnipresente rey que todo lo ve.
Pero yo me imagino que fue bajo la pálida luz de una lámpara de 40 watios, con los cables pelados y colgando del techo. No se, mi niñez más lejana le recuerdo en amarillo. Como esa fotografías viejas que destiñen los colores, se quedan apastelados, difuminados.
El año pasado sentía cierta melancolía por dejar los 25, parecía que perdía definitivamente algo, la oportunidad de hacer cosas, locuras, vivir aventuras. Pero estaba en un error, mis 26 han sido geniales, he vivido grandes experiencias, buenas y muy malas. Pero las he vivido.
Y ahora… esta nueva edad que hoy estreno… tengo curiosidad por vivirla, por indagarla, por exprimirla.
Tengo muchas ganas de sentir cada minuto, cada latido del corazón… tanto en los momentos frenéticos de locura desesperada, como los de sosiego tendido en la sombra y acariciado por la brisa de la mar.
Se que estos 27 será geniales, y los quiero compartir con las personas que más aprecio y valoro: mi familia, mis amigos... Y quién sabe las aventuras que puedo vivir en este eterno viaje al infinito en busca de una ilusión.
Tal vez me sorprenda por la espalda, de improviso. Tal vez mañana, tal vez pasado… o tal vez esta misma noche.
No conocer el final de este guión de película, mantener el suspense por duro que sea, hace que vivir se vuelva cada vez más interesante.
Por eso me abrazo a la vida, me agarro a ella, me aferro con fuerza… cada, latido, cada mirada, cada suspiro… vivir al fin y al cabo. Si vivir.

…fin de la transmisión diaria.