13 de Julio 2004

Noche de verano

Como contar la tormenta de emociones de este fin de semana en mi planeta refugio, sí ese que cuenta con un puerto que me protege y un faro que me guía.
Cada vez que vuelvo allí vivo y revivo, porque aprovecho cada minuto, cada suspiro, cada gota de sudor que rota por mi frente no lo hace por un esfuerzo en vano. Todo tiene un sentido.

Un ingrediente fundamental de la vida es la emoción, si supiésemos lo que nos deparará el futuro, si que tendría muchas ventajas, pero todo seria aburrido.

Este viernes por la noche la vida me dio una sorpresa. Alguien que no me esperaba, atentó deliberadamente contra mí, sin un motivo, si un ataque previo por mi parte.
Al principio me causó un shock, pero después asumí la situación y no le he dado demasiada importancia. No habrá réplica por mi parte.

Estuve en el cine, vi “Atún y chocolate” de Pablo Carbonell. Una película preciosa, entrañable, de un humor inteligente, riéndose del dramatismo de la vida. Os la recomiendo.
Tenía pensado ir al sistema estelar de Cádiz y Huelväe… después de ver esos paisajes, esas gentes, esas ciudades… mi curiosidad va en aumento. Es todo un mundo por descubrir.

Pero lo más grandioso de estos dos días fue por la noche… Salimos Dani, Jos y yo. Comenzamos de un modo progresivo, hablando, saludando a todo el mundo en el Pasarela. Poco a poco nos íbamos animando hasta que a las 4:00am llegamos al Tuareg.

Allí, una semana de duro trabajo, de lucha para salir de atolladeros y tormentas… explotaron. Todo giraba a mí alrededor, el sonido aumentaba y la música encendió la mecha de mi corazón, fue con Carliños Braun, cuando después de sonar…Todo enmudeció. Fue en ese momento mi corazón estallo como bomba nuclear… el poder la de deflagración formó un círculo de gente siendo yo el centro. Me movía sin parar, bailaba, bailaba, bailaba. Solo pensaba en moverme… mi cuerpo hipersensibilizado notaba como la música vibraba los pelos de mi piernas y brazos, acariciaba mi piel penetrando por ella hasta entrar en lo más profundo de mi.
En cada giro, en cada salto, en cada risa… iba desapareciendo, diluyéndose en el olvido todos los problemas, las tensiones del trabajo.

Me había metamorfoseado en partitura, era música, era todo corazón y pálpito, sudor y risa.

La intensidad de la noche fue mermando como la luna. Pero, no acabó todo allí… Salimos del Tuareg en busca de unas tapas sobre las 7:30 de la mañana del domingo.
Dimos varias vueltas al pueblo infructuosamente. Así que nos separamos para descansar.

Y dormí durante el día satisfactoriamente por lo bien que lo había pasado de cuando había disfrutado. Dando gracias por lo afortunado que soy, por que se me ha permitido simplemente vivir, eso vivir…


...fin de la transmisión diaria.

Posted by eolovano at 13 de Julio 2004 a las 08:48 AM
Comments

Que alegría, yo hace tiempo que no salgo a bailar, pero creo que con este post pues me has animado, así que a ver si una de esta noches lo hago jeje!!
Un beso.

Posted by: alone on 14 de Julio 2004 a las 06:04 PM

Sí bailar un poco, es ejercicio, deporte...jajaja y sobre todo es lúdico. A mi me encanta.

Posted by: rásselas on 14 de Julio 2004 a las 06:54 PM

Vale la pena ir a todas esas ciudades de la provincia de Cádiz, sobre todo la ruta de "Los Pueblos Blancos", yo soy de aquí te lo garantizo ;)

Posted by: sharu_ on 18 de Julio 2004 a las 04:42 PM
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