Historias Logarítmicas

Tormenta y sorpresa

Apenas tengo tiempo para acercarme a la consola de abordo y transmitir.
La Nave de los Sueños navega ahora por una gran tormenta solar, el calor, la fatiga que deja mella en los corazones, y los problemas que día a día se acumulan… hacen a uno afianzarse fuertemente al timón para poder soportar las embestidas de este oleaje, la vida.

No me quejo.
Esto es una gran aventura y la vida, por si, es sorprendente. Cada día es una gran prueba que debo pasar. De ahí las mil pruebas que me impusieron si quería encontrar el camino a mis mundos perdidos, a Ítaca, a aMarte.
Me han ocurrido tantas cosas en una semana, concentradas todas ellas en tan pocos eventos que tengo miedo a perder mi capacidad de sorpresa.
Sí. Quiero vivir mucho, experimentar retos… pero la experiencia que acumulo no quiero que sea impedimento para que la vida me cause sensación de sorpresa.

Me gustaría seguir conservando la mirada de un chiquillo, sí aunque la gente pueda descubrir esa inocente miopía y aprovecharse de ella. A veces dicen que el ignorante es feliz. Será feliz por su propio desconocimiento.

A mi me encanta aprender, tengo miedo que una noche me estalle la cabeza, de toda la información que he acumulado durante las 16h que permanezco despierto. Y es porque soy afortunado, ando rodeado de grandes personas, de las que puedo aprender mucho… a prender a vivirme… como dijo (no me cando de citar) José Luis Sampedro.

Debo subir al puente, pues la tormenta arrecia, ahora mi responsabilidad está allí afuera.

…fin de la transmisión diaria.