Historias Logarítmicas

La computadora recuerda

Mientras Rásselas trabajaba intensamente, los monitores de la gran computadora de abordo centellearon, y de esa fugaz luz surgió una secuencia ininteligible de caracteres y funciones matemáticas… Estaba recordando…-Abriendo el archivo de 27 de julio 2003,11:42. Y apareció escrito lo siguiente

Caminaba Rásselas en pos de lo desconocido; cojeando, apenas avanzaba unos metros cuando se tenía que detener a descansar.
Era de noche pero estaba iluminado por tres grandes lunas que comenzaban a asomarse por el horizonte.
Después de un par de kilómetros por la planicie se encontró con algo parecido a una irregular costa.
Ese mar oscuro, de aguas tranquilas… era mármol, era oxidiana pulimentada, metacrilato en la noche que le invitaba a introducirse en él. Metió tímidamente la punta de su bota, y después de un par de segundos de duda dio varios pasos mar adentro.
Las lunas continuaban su ascenso por la bóveda en busca del cenit, a su paso iluminaban la tierra con una luz mística, uniforme, sin deslumbrar ni cegar.
El agua le llegaba ya por la cadera, cuando introdujo la cabeza por debajo de la superficie para ver lo que se escondía dentro.
En ese instante alguien o algo se aferró a su mano y le arrastró hasta el fondo.
No podía ver de lo que se trataba pero no usaba ningún tipo de escafandra. Extrañamente conforme iba aumentando la profundidad, el agua iba pasando de ser una sustancia oscura e impenetrable a la vista a ser clara, transparente, mineral… Una luz esmeralda procedía del fundo… tal vez por algún tipo de alga.
Seguía ganando profundidad cuando fue rodeado por varios discos metálicos formando una esfera. Lo envolvieron y lo introdujeron por un recodo da las rocas del fondo.
Al abrirse estos discos, mostraron una gran sala de varios kilómetros de pinta a punta, perfectamente iluminada. Toda una civilización vivía allí, y al parecer festejaban algo.
Rásselas tardó unos minutos en calmarse, se encontraba muy desorientado. Pero pasado un tiempo ya estaba participando de la fiesta. Gritos, música, bailes, bebidas exóticas… Se dejó llevar por la efervescencia de la noche. Pero en todo ese placer para los sentidos en toda esa lujuria de movimientos, pudo percibir algo. Ella se encontraba cerca, muy cerca. Separados casi por una capa electrolítica, por un diferencial de espacio, por una película de aire… Tan cerca, tan cerca que pasaron de largo. Y Rásselas, dijo para si “he comprendido”. Y sonó esta canción:
¡Hago chass!
No soy más que tú, tu fantasia
tantas veces soñaste que se hizo realidad
pero lo, que tu, tu no sabías
es que los sueños no se pueden dominar.
Cuando crees que me ves, cruzo la pared, hago ¡¡Chass!!
y aparezco a tu lado
quieres ir tras de mi, pobrecito de ti, no me puedes atrapar
y yo soy, capaz, de entrar en tus sueños
de volar por el cielo, caminar por el mar,
y de pronto hacerme de carne y hueso
para que tu me puedas acariciar
Cuando crees que me ves, cruzo la pared, hago ¡¡Chass!!
y aparezco a tu lado, quieres ir tras de mi, pobrecito de ti,
no me puedes atrapar.
Si tal vez, tu traes, alguna invitada, si se pone pesada,
y no te deja en paz,
una mano helada sobre la espalda,
un par de trucos y no vuelve más
Cuando crees que me ves, cruzo la pared, hago ¡¡Chass!!
y aparezco a tu lado, quieres ir tras de mi, pobrecito de ti,
no me puedes atrapar.
Alex y Cristina